Inglaterra y la República de Irlanda se volvieron a enfrentar sobre el césped de Wembley (Londres), en un amistoso que terminó en tablas (1-1) con goles de Shane Long (13') para los visitantes y de Frank Lampard (23') para los locales.
Los
ingleses tuvieron que conformarse con el empate tras una segunda parte
en la que desaprovecharon numerosas ocasiones para ponerse por delante
en el marcador.
El
delantero del Manchester United Wayne Rooney lideraba el ataque inglés,
flanqueado por el "red" Daniel Sturridge, que tuvo que ser retirado el
campo a la media hora por una lesión.
El
ritmo y la velocidad desde las bandas lo marcaban la pareja del Arsenal
Theo Walcott y Alex Oxlade-Chamberlain, dos de las jóvenes promesas del
combinado de Hodgson, que hoy capitaneaba Ashley Cole, que cumplía 100
partidos como internacional inglés.
Los
irlandeses, por su parte, contaban con la experiencia de Robbie Keane,
que obtuvo esta semana el permiso de su equipo, Los Ángeles Galaxy, para
apoyar a su selección ante Inglaterra.
Era un partido de alta tensión emocional tanto para los
aficionados como para los jugadores y el duelo quedó partido cuando
todavía no se había cumplido el cuarto de hora de juego con un remate de
cabeza de Long que agarró por sorpresa a la última línea inglesa.
Cahill
perdió un balón al borde del área que los visitantes supieron
aprovechar para trazar un centro que el delantero del West Bromwich, de
26 años, peinó para dejarlo fuera del alcance del guardameta Joe Hart.
Era
un jarro de agua fría ante los ingleses, que sin embargo no perdieron
la calma sobre la hierba del estadio donde el fin de semana pasado el
Bayern Múnich conquistó la quinta Liga de Campeones de su historia.
Ante
unas gradas menos alteradas que en la final de la Champions, los
ingleses supieron recuperar el control de un duelo que equilibraron poco
después, en el minuto 22.
Sturridge
recibió un balón cruzado en largo en la banda izquierda, paró el cuero
durante un segundo para levantar la vista y delineó un centro que
esquivó la maraña de defensas irlandeses para llegar hasta Frank Lampard, que esperaba en el área pequeña listo para asestar el primer tanto del partido.
Ya
en la segunda parte, Walcott retó sin fortuna en varias ocasiones al
portero David Forde, mientras que los irlandeses habían perdido parte de
la energía con la que habían comenzado el partido y trataban de
contener ahora a los locales en las cercanías de su propia área.
El final del encuentro resultó vibrante, con varias ocasiones para que Inglaterra se pusiera por delante en el marcador, si bien los de Hogson debieron conformarse finalmente con el empate.
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