Torino y Sampdoria igualaron a cero y en la espera de los
otros partidos de la fecha 23, los granates suman 28 unidades y
comparten con Chievo el onceavo escalón, mientras que los dorianos
siguen decimoterceros, ahora con 25 unidades.
En realidad, se preveía un encuentro parejo y un resultado de empate,
pero con algo más de espectáculo y por lo menos un gol por parte.
En cambio, los dos equipos se vieron mucho más concentrados en no
conceder nada que en crear algo, increíblemente conformes con el
"resultado perfecto" y, así, nos obligaron a asistir a uno de los
partidos más amarretes y aburridos del año.
El local hizo algo más, gracias especialmente al buen trabajo sobre
las franjas de Cerci y Santana, mientras que los dorianos lo dejaron
terriblemente solo en la delantera al pobre Icardi, parándose con una
línea de cinco atrás, tres volantes muy clavados sobre el círculo
central y Eder en posición de "falso" enganche, con misiones mucho más
defensivas que de creación.
Al final, lamentablemente para el espectáculo, el "catenaccio" de la
Samp fue más, demérito también de un Toro que, en toda honestad, nunca
se descuidó ni aceleró con convicción como para poder argumentar un
triunfo.
De esa manera, en los noventa minutos se vieron apenas un par de
remates del anfitrión y una sola jugada peligrosa del conjunto de Rossi,
que sobre el final le dió un susto a su rival, sin pero lograr calentar
los guantes de Gillet.
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