Habían transcurrido diez años desde la última vez que el León pisó
los terrenos de Chivas, en aquella ocasión en el estadio Jalisco y con
un marcador de 2-2, ese Torneo de Verano 2002, los Panzas Verdes
descendieron, y en su retorno a Guadalajara en la Primera División, las
circunstancias no eran tan favorables. Pero a su gente no le importó que
su equipo apenas sumara 5 puntos, y decidieron aventurarse a pintar de
verde las gradas rojas del recinto del Rebaño.
El grito de "'¡León! ¡León!" se multiplicaba alrededor del inmueble,
pero también hubo varios lapsos en lo que los dueños de casa hicieron
sentir su localidad aprovechando que Chivas dominaba y tenía posesión
del balón y abucheaban a los dirigidos por Gustavo
Matosas, para después hacer crecer con fuerza el "¡Chivas! ¡Chivas!",
sobre todo al momento de caer el golazo de Marco Fabián al minuto 11.
La afición rojiblanca pudo sobrellevar la ola esmeralda durante el
primer tiempo con los arribos de sus jugadores que anunciaban el segundo
tanto, pero paulatinamente la Fiera mostraba síntomas de reacción, y en
esa insurrección los acompañaba su afición que durante una década añoró
el regreso al Máximo Circuito.
El Guadalajara de Benjamín Galindo que ha sufrido durante el torneo, y
que sólo contaba con un triunfo como local, exhibía de nuevo las
carencias que lo tienen estancado como la falta de creatividad en medio
campo para generar juego.
Al 60', Matías Britos detonó el explosivo en las tribunas con un
remate de cabeza que dejó congelada a la euforia tapatía, entonces, el
rugido de la Fiera se dejó sentir en la casa del Rebaño.
León parecía dominar, pero Chivas se negaba a dejar ir puntos, y Márquez Lugo ansiaba aumentar su cuota goleadora.
El duelo era un ir y venir hasta que Fabián, una vez más se convirtió
en el héroe al 79', sus gambetas en el área emocionaron, provocaron que
sus admiradores lo impulsaran a disparar, lo hizo, y vino entonces otro
estallido delirante para darles motivos a los aficionados para
festejar, mientras que las banderas verdes se guardaban.
A siete minutos del final, Galindo relevó a un lastimado Fabián para
ser despedido por su público en medio de aplausos estruendosos.
La celebración continuó en las tribunas, la afición se mantuvo en
estado de delirio, mientras en la cancha, Chivas retenía el balón,
esperaba el final para festejar también junto con su público su primer
triunfo en casa en el Clausura 2013.
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