El Celta se reencontró con el triunfo en el estreno de Abel Resino en
el banquillo de Balaídos y alimenta sus opciones de lograr la
permanencia después de derrotar al Granada (2-1), un rival directo en la
lucha por eludir el descenso.
El equipo gallego afrontó el partido con la intensidad que había
demandado el técnico toledano, en apenas cinco minutos los celestes
pisaron tres veces con peligro del área visitante, con una doble ocasión
para el argentino Augusto Fernández que desbarató Toño.
El Celta no
aguantó el ritmo y poco a poco el Granada ganó protagonismo en el duelo,
especialmente con las internadas del lateral francés Nyom y de Nolito
en la banda izquierda.
El Celta tenía el balón pero apenas hacía daño a un rival muy bien
plantado sobre el terreno de juego, hasta que Iago Aspas (24') se benefició de
un rechazo para quedarse solo en el área nazarí y batir a Toño con un
sutil remate.
En el minuto 27, sólo cuatro después del tanto de Aspas, el
internacional nigeriano Ighalo (28') explotó un desajuste de la zaga celeste
para superar a Javi Varas con una espectacular volea.
En el minuto 36, en una acción similar a la del
primer gol andaluz, el lateral Nyom volvió a aparecer por la banda
derecha pero esta vez el remate de Torje se marchó ligeramente desviado.
En la segunda parte el encuentro ganó en emoción, sobre todo porque
la necesidad del Celta le obligó a asumir riesgos defensivos, pudo Alex
López adelantar a su equipo a los tres minutos de su reanudación, pero
su lentitud permitió a Nyom llegar desde atrás para evitar su remate.
Con el paso de los minutos el partido se rompió definitivamente, el Celta estaba tocado, sin ideas, pero a falta de nueve minutos armó
un rápido contraataque que Bermejo (81'), con mucha suerte, remató al fondo
de la red, pero el equipo gallego no sabe ganar sin sufrir.
Sólo un minuto después de adelantarse cometió un error infantil en
defensa que cerca estuvo de condenarlo. La vaselina de Aranda se marchó besando el larguero.
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