Liverpool se presentó en Manchester más ansioso que los locales y recogió el guante que le lanzaron los de Alex Ferguson al inicio el partido: vestidos con su equipación negra, fueron los de Brendan Rodgers quienes cargaron con el peso del encuentro en los primeros minutos.
El United se limitaba a presionar en la zona de salida del balón de los visitantes y se aseguraba de que ningún futbolista del Liverpool caminara solo, lo que le bastaba para que el arquero De Gea no se viera amenazado, al tiempo que los "reds" se confiaban en exceso sobre el césped de Manchester.
A pesar de que el delantero inglés Wayne Rooney quedó hoy fuera de los planes de Ferguson debido a una lesión, de la que estará recuperado previsiblemente esta semana, el United cuenta esta temporada con el holandés Robin Van Persie, máximo goleador de la Premier, que le asegura un ataque letal en cualquier circunstancia.
Precisamente se
adelantaron los locales cuando el holandés Robin van Persie convirtió
su 17º gol del campeonato (18') al rematar desde dentro del área un centro del
francés Patrice Evra después de una larga jugada en la que participaron
el japonés Shinji Kagawa, Dany Welbeck y Tom Cleverley.
Con los mismos protagonistas, pero en
diferente situación, llegó el segundo tanto ya en la segunda mitad, Van
Persie sacó una falta y Evra, rematando picado con la cabeza después de
un gran salto, puso el 2-0 en el marcador (53').
Sólo
cuatro minutos después del segundo gol del United, Daniel Sturridge,
que había salido en la segunda parte, aprovechó un rechazo del portero
español David De Gea a un disparo de Steven Gerrard para marcar a puerta
vacía (57'), el marcador ya no se movió a pesar de la insistencia del
equipo de Anfield.
El partido contó con la
presencia del entrenador del Real Madrid, el portugués José Mourinho, en
las gradas, el técnico acudió para seguir al United, rival del equipo
español dentro de un mes en los octavos de final de la Liga de
Campeones.
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