El Liverpool remontó en los quince minutos finales un
encuentro en Londres ante el West Ham (2-3) que se había puesto duro
para los locales en el primer tiempo y en el que los "reds" no pudieron
contar con su principal referencia en el ataque, Luis Suárez.
Con el uruguayo suspendido por acumulación de tarjetas, los visitantes, que quedan en la décima posición de la tabla, a cuatro puntos de los puestos europeos, sufrieron en algunos tramos del partido para definir sus ocasiones.
A los once
minutos, el lateral inglés Glen Johnson (11') descerrajó un tiro desde el
borde del área que se coló por la esquina izquierda de la meta del
finlandés Jussi Jääskeläinen e hizo creer al Liverpool que superaría el
partido con cierta facilidad.
Los del inglés Sam Allardyce, sin embargo, eran conscientes de que todavía tenían ochenta minutos por delante, y esperaron con paciencia hasta que llegaron sus oportunidades.
Pasada la media hora, el primer nubarrón del encuentro apareció sobre los futbolistas del Liverpool: el centrocampista galés Joe Allen cortó con la mano un remate del marfileño Guy Demel en el interior del área y el árbitro juzgó que había intencionalidad en su acción.
Desde los once metros, el inglés Mark Noble (36') lanzó un balón raso, pegado al poste derecho, que el arquero español Pepe Reina rozó con los dedos pero que acabó en el fondo de la red.
Con el marcador de nuevo equilibrado, los locales terminaron de recobrar la confianza que habían perdido al inicio, mientras que los de Rodgers acusaron ciertos nervios.
Al filo del descanso, el inglés Matt Jarvis trazó un centro desde la derecha hacia el área pequeña que no encontró la cabeza de ningún compañero, sino la de Steven Gerrard (43'), que se elevó por encima de los atacantes del West Ham para despejar el balón pero que calculó mal y acabó clavando el balón en su propia portería.
El Liverpool dominó el juego en el segundo tiempo y fabricó diversas ocasiones, pero no fue hasta un cuarto de hora antes del final cuando Joe Cole (76') controló un balón que le había dejado Jonjo Shelvey, entró al área en carrera y lo cruzó con la zurda para dejarlo fuera del alcance de Jaaskelainen.
El tanto equilibraba el marcador y salvaba un punto, pero no era suficiente para los de Rodgers, que aún se veían capaces de llevarse la victoria en Upton Park para acercarse a los puestos europeos de la tabla.
Con esa motivación, los visitantes no tardaron más de cinco minutos en anotar el tercero: Jordan Henderson tiró un centro que acabó tocando el defensa James Collins (en c. 79') y trazó una parábola por encima del guardameta finlandés, que recogió el balón de su portería por tercera vez.
Con el uruguayo suspendido por acumulación de tarjetas, los visitantes, que quedan en la décima posición de la tabla, a cuatro puntos de los puestos europeos, sufrieron en algunos tramos del partido para definir sus ocasiones.
A los once
minutos, el lateral inglés Glen Johnson (11') descerrajó un tiro desde el
borde del área que se coló por la esquina izquierda de la meta del
finlandés Jussi Jääskeläinen e hizo creer al Liverpool que superaría el
partido con cierta facilidad.Los del inglés Sam Allardyce, sin embargo, eran conscientes de que todavía tenían ochenta minutos por delante, y esperaron con paciencia hasta que llegaron sus oportunidades.
Pasada la media hora, el primer nubarrón del encuentro apareció sobre los futbolistas del Liverpool: el centrocampista galés Joe Allen cortó con la mano un remate del marfileño Guy Demel en el interior del área y el árbitro juzgó que había intencionalidad en su acción.
Desde los once metros, el inglés Mark Noble (36') lanzó un balón raso, pegado al poste derecho, que el arquero español Pepe Reina rozó con los dedos pero que acabó en el fondo de la red.
Con el marcador de nuevo equilibrado, los locales terminaron de recobrar la confianza que habían perdido al inicio, mientras que los de Rodgers acusaron ciertos nervios.
Al filo del descanso, el inglés Matt Jarvis trazó un centro desde la derecha hacia el área pequeña que no encontró la cabeza de ningún compañero, sino la de Steven Gerrard (43'), que se elevó por encima de los atacantes del West Ham para despejar el balón pero que calculó mal y acabó clavando el balón en su propia portería.
El Liverpool dominó el juego en el segundo tiempo y fabricó diversas ocasiones, pero no fue hasta un cuarto de hora antes del final cuando Joe Cole (76') controló un balón que le había dejado Jonjo Shelvey, entró al área en carrera y lo cruzó con la zurda para dejarlo fuera del alcance de Jaaskelainen.
El tanto equilibraba el marcador y salvaba un punto, pero no era suficiente para los de Rodgers, que aún se veían capaces de llevarse la victoria en Upton Park para acercarse a los puestos europeos de la tabla.
Con esa motivación, los visitantes no tardaron más de cinco minutos en anotar el tercero: Jordan Henderson tiró un centro que acabó tocando el defensa James Collins (en c. 79') y trazó una parábola por encima del guardameta finlandés, que recogió el balón de su portería por tercera vez.
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