Un gol del español Pablo Hernández al filo del minuto 90 equilibró hoy el partido entre el Swansea y el Chelsea (1-1) que le quita a los
Blues del liderato de la Premier que habían ostentado durante semanas.
Con la ausencia de Juan Mata por
molestias en la rodilla, el Chelsea no supo hacer valer el tanto del
nigeriano Victor Moses, en el minuto 61, y cedió el primer puesto al
Manchester United.
Tras varias semanas con el Manchester United pisándole los talones en
lo alto de la clasificación, el Chelsea saltaba al campo esta tarde por
primera vez con los Diablos Rojos dos puntos por delante en la tabla.
Los de Alex Ferguson superaron con claridad al Arsenal y pusieron una
presión añadida a los de Roberto Di Matteo, que acusaron los nervios en
los primeros compases de un encuentro del que no cogieron las riendas
hasta pasados los veinte minutos.
Además de la ausencia de
Mata en el centro del campo, que menguaba la profundidad de los Blues,
Di Matteo tenía problemas también esta tarde en su defensa, en la que
faltaba una jornada más el inglés John Terry, que cumple sanción por
dirigir insultos racistas a su compatriota del QPR Anton Ferdinand la
temporada pasada.
Al Chelsea le costó encontrar el ritmo
del encuentro, si bien logró dar pausa a su juego y controlar el balón a
mitad de la primera parte, a pesar de que no generaba suficientes
ocasiones de peligro ante el arquero alemán Gerhard Tremmel.
El Swansea del danés Michael Laudrup, bien plantado sobre el terreno de
juego, sabía frenar las embestidas de un Chelsea menos afilado de lo
habitual, pero le faltaba algo de olfato goleador.
Fue en el arranque del segundo tiempo cuando los visitantes parecieron
acostumbrarse a la falta de liderazgo en el centro del campo y
comenzaron a crear espacios y pasar balones envenenados hacia el área
rival.
Aun así, los de Di Matteo echaban de menos a Mata,
no solo en la organización de su ataque, sino también a balón parado,
donde su precisión ha resuelto partidos difíciles en numerosas
ocasiones.
A pesar de las dificultades, la tenacidad de
los londinenses obtuvo su recompensa en el minuto 61, cuando el
nigeriano Victor Moses remató de cabeza un balón que había tocado
previamente en el interior del área el brasileño Ramires para poner el
1-0 en el marcador.
En el tramo final del encuentro, un intenso granizo comenzó a caer
sobre el Liberty Stadium, pero nadie se movió, ni los aficionados ni los
futbolistas, que aguantaban bajo la tormenta, inasequibles al
desaliento.
La sorpresa y el delirio en las gradas galesas
lo puso en el minuto 90, Pablo Hernández, que descerrajó un tiro
desde el borde del área que el guardameta checo Petr Cech no pudo
alcanzar y desarmó al poderoso Chelsea.
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