BARCELONA AVANZA DE VISITA

El Barcelona derrotó al Benfica en su estadio (0-2) y se abre camino hacia los octavos de final de la Liga de Campeones con goles del chileno Alexis Sánchez (min.6) y de Cesc Fábregas (min.55)
Los azulgrana, ya suman su séptima victoria consecutiva, se colocan líderes del grupo G, con dos puntos más que el Celtic de Glasgow, que se aupó al segundo puesto al vencer al Spartak de Moscú (2-3).
La lesión de Carles Puyol (min.75) y la expulsión por roja directa de Sergio Busquets (min.87) empañaron la importante y merecida victoria de los catalanes, que no estuvieron muy precisos en la  primera parte, pero mejoraron en la segunda.
Una subida de Jordi Alba propició una punzante pared con Leo Messi, cuyo centro al corazón del área lo cazó Alexis.
El Barca había logrado lo que más le había costado en los últimos encuentros: marcar en la primera parte, el gol, que supuestamente le debía de aportar el tranquilidad, fue un botín envenenado.
El Benfica, que presentó un bloque muy compacto, dispuesto en apenas 25 metros, apretó en la presión y supo buscar los espacios a la defensa barcelonista.
En un robo de balón -celebrados en La Luz, como un tanto de los locales-, el brasileño Bruno César probó a Víctor Valdés antes de que el argentino Nico Gaitán demostrase en el poder de su zurda.
El Barcelona no estaba cómodo y optó por el recurso del pase en largo, denostado en un equipo que privilegia la posesión larga y los pases en corto.
El propio Alexis, autor hoy del gol 800 del Barcelona en la Liga de Campeones, intervino en otro de los acercamientos más claros. Un centro suyo lo remató fuerte y raso Pedro, pero el guardameta brasileño Artur le negó el gol.
En el 55', Messi recibió en el centro del campo, se libró de la marca de al menos tres benfiquistas y abrió a la derecha, donde Cesc definió con calma (55')El ingreso de Pablo Aimar, ídolo confeso del propio Messi, agitó por instantes el mustio ataque del Benfica, pero el efecto se desvaneció en cuanto el Barca manoseó el esférico sin piedad.
Los azulgrana se agarraron a su típico juego de triangulaciones y desmarques adornados por pases de tacó.
A todo esto se unió el talento de Andrés Iniesta, que jugó cerca de 20 minutos y desplegó su excelsa técnica y su capacidad de hacer jugar a los demás.
A quince minutos del final, la lesión de Puyol estropeó la noche tranquila del Barcelona. En un córner, cayó en escorzo y sufrió una luxación del codo del brazo izquierdo, su tercera lesión en los últimos meses.
La expulsión de Busquets, por supuesta agresión, a falta de tres minutos del final cerró el partido.

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