Real Valladolid derrotó al Rayo Vallecano por 6-1, merced a un
fútbol más directo y certero y a pesar de que el equipo visitante se
adelantó a los cuatro minutos de juego.
Alberto Bueno (un
gol) y Manucho (dos tantos), dos jugadores que llegaron a estar
apartados en pretemporada y a los que se quería dar una salida, fueron
de los más destacados, sobre todo en el primer tiempo, en el que el
conjunto vallisoletano consiguió cuatro de los seis goles que anotó
finalmente.
Fue, sin embargo, el Rayo el que anotó primero.
El argentino Chori Domínguez evitó el fuera de juego a pase de Adrián,
se introdujo en el área y, con frialdad, hizo estéril la estirada de
Jaime hacia el segundo palo (5')
No
obstante, el Real Valladolid, cuatro minutos después del tanto inicial,
devolvió las tablas al electrónico, Alberto Bueno recogió
un balón suelto dentro del área para fusilar a Rubén con un disparo bien
colocado (10')
El
duelo estaba siendo frenético, ya que, tres minutos más tarde, después
de una rauda y vistosa triangulación entre Bueno, Óscar y Manucho,
cambió totalmente. El angoleño cabeceó al fondo de las mallas un preciso
centro de Óscar (minuto 12).
El
tercero del Real Valladolid llegó con otra fugaz transición iniciada por
Álvaro Rubio, acomodada por Manucho y culminada con una elegante
definición de vaselina por Óscar (3-1, minuto 20).
Rayo
Vallecano intentaba construir juego, pero se topaba con el orden de un
Real Valladolid que llegaba con mucho peligro en cada internada. Alberto
Bueno disfrutó de otra buena oportunidad desde el costado izquierdo, en
esta ocasión atajada por Rubén, quien no pudo hacer nada para evitar el
cuarto del Real Valladolid en el minuto 36 de partido.
El
lateral derecho serbio Rukavina se desdobló y, asistido por Omar Ramos,
cruzó el esférico hasta la escuadra contraria, sellando así una renta
más que holgada en medio del asedio blanquivioleta con el que se llegó
al descanso.
Tras el descanso, el Real Valladolid se fabricó el quinto de la tarde.
Óscar
recuperó el balón y cedió a Álvaro Rubio, quien entregó a Alberto Bueno
para que hallase a Manucho con espació. Óscar le dobló y se encontró
con el balón solo delante de Rubén, al que batió por bajo para cerrar la victoria local, necesaria tras tres derrotas
consecutivas.
En los treinta y cinco minutos siguientes, en
lo que terminó el envite, el Real Valladolid no perdió el orden y
siguió sirviéndose de la apatía madrileña y la cantidad de espacios que
cedía para seguir encaramándose a los dominios de Rubén.
Así,
a cuatro minutos del final, Manucho logró el sexto tras clavar un pase
de Ebert al segundo palo, cerrando de este modo el homenaje en blanco y
violeta acaecido esta tarde.
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