El Atlético de Madrid solucionó un triunfo más desde el remate del francés Antoine Griezmann (3'), goleador de nuevo decisivo, en sólo tres minutos contra el Espanyol, suficiente para definir una victoria práctica del equipo rojiblanco, indudable desde entonces y ensombrecida por la lesión del portugués Tiago Mendes. A muy poco de iniciado el partido, el hombre gol del Atlético de Madrid puso el tanto de la victoria, Oliver
Torres había anulado a la defensa del Espanyol y con comodidad puso el
pase que Griezmann convirtió en gol con sólo meter el pie para empujar
el balón.
El Atlético dio poco trabajo a Paul López en lo que
restó de la primera parte, apenas un acercamiento de peligro en una
jugada orquestada por Luciano Vietto que encontró a Griezmann a escasa
distancia del arquero pero en una posición incómoda que le impidió darse
la vuelta para marcar el segundo.
Dominaba y marcaba el ritmo
sin mucha prisa por llegar al área, pues en el Espanyol, solo Marco
Asensio intentaba llegar al área de Oblak colándose por banda, pero
el partido se complicó para el cuadro local a la media hora de juego.
Tiago, en una dura falta a Marco Asensio, sufrió un duro golpe en la
tibia. El veterano "colchonero" salió en camilla con un gesto de dolor que
preocupaba a la afición. El Atlético acababa de perder a su líder ante
lo que parecía una grave lesión y mientras Tiago era transportado
al hospital en ambulancia, los del "Cholo" intentaban reacomodarse con
Koke ocupando una posición más retrasada y Carrasco en banda. Sin sus
hombres fuertes en la media, el Atlético perdía más balones de lo
conveniente y dejaba demasiados espacios,
el Espanyol ya los obligaba a replegarse.
Pero el cuadro
catalán no aprovechó el momento de confusión y tras el descanso se
encontró con un equipo rojiblanco que había vuelto en busca del segundo
con agresividad. Con el paso del tiempo, Espanyol volvió en sí e intentó
abrirse paso por el centro, aprovechando que la zona de recuperación de
los locales seguía un tanto desprotegida. Antes de que Caicedo y
Asensio pudieran sacar renta, Simeone recompuso sacrificando
a
Vietto para enviar a Thomas a ayudar en la media.
No aligeró gran cosa la carga para los zagueros, obligados a recurrir al
pelotazo cuando no hacía falta que Saúl se incrustara como quito hombre
de la última línea. Fueron minutos angustiosos para el cuadro
rojiblanco, Espanyol, envalentonado, se empleaba a fondo en la presión y
buscaba con insistencia un hueco entre la zaga mientras al Atlético
cada vez le costaba más lanzarse al contragolpe para probar a Pau López.
Imprecisos al pase, nerviosos, no lograban encontrar a
Griezmann, que se había quedado solo en punta. Fue entonces cuando
Simeone envió a Torres a la cancha y el Atlético volvió en sí. Recuperaron
el control del terreno y la iniciativa, ahogando al arquero perico lo
que no recobraron, ni con el Talismán en el campo, fue la puntería. El tiempo se les fue en algún disparo al travesaño, otro par desviados y dos atajadas de Pau López, cuando
se dieron cuenta, el árbitro había pitado el final. Una vez
más, Antoine Griezmann había hecho la tarea temprano para mantener al
cuadro rojiblanco en la segunda posición de la tabla gracias a un gol
con valor de tres puntos.
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