DECEPCIONANTE CLASIFICACIÓN DEL CAMPEÓN

El Real Madrid, vigente campeón de la Liga de Campeones, avanzó a cuartos de la Champions League pese a perder 3-4 con el Schalke, haciendo bueno el 2-0 de la ida, en un partido en el que Cristiano Ronaldo (25' y 45') logró un doblete y alcanzó el récord de goles en competiciones europeas (78).
Los blancos completaron un decepcionante partido en el Santiago Bernabéu ante un Schalke, en el que brilló con un doblete el holandés Klaas-Jan Huntelaar (40' y 84'), que estuvo a un tanto de eliminar al defensor del título. En la recta final el equipo alemán tuvo ocasiones para completar la gesta pero respondió con dos paradas el arquero Iker Casillas, desafortunado antes en los goles que encajó.
En un partido con muchos goles abrió el marcador Christian Fuchs (20') para el Schalke, pero Cristiano Ronaldo igualó, de nuevo el equipo visitante se puso por delante, con el primero de Huntelaar, pero Ronaldo volvió a tranquilizar al estadio Santiago Bernabéu.
Ya en la segunda parte el francés Karim Benzema parecía sentenciar definitivamente la eliminatoria con el 4-3, pero el Schalke no había dicho su última palabra e igualó con un tanto de Leroy Sané (57'), de sólo 19 años con un gran gol, dicho sea de paso; y se situó 4-3, con el segundo de Huntelaar.
Con sus dos tantos de hoy Cristiano se situó en lo más alto de los goleadores históricos en competiciones europeas, superando el récord del español Raúl (77).
Además le sirvió para igualar también a su rival individual en estos últimos años, el argentino Lionel Messi en lo alto de la clasificación histórica de goleadores en la Liga de Campeones, ambos suman 75.
La noche marcada para la redención del "trío innegociable" y con ellos del equipo entero, técnico incluido, se oscureció pronto.
Isco perdía casi cada balón que tocaba, los centrales, sobre todo Pepe, deambulaban en cualquier sector menos el que les correspondía, los laterales, demasiado erráticos y lentos en las jugadas a velocidad del Schalke. Kroos y Khedira, compañeros de selección, iban al mismo balón. Iker, que había ganado en seguridad desde que recuperó el puesto, volvía a ser un manojo de nervios, apareció el fantasma de "crisis" en Liga, que había respetado, hasta el momento, la competición europea y el Schalke 04, que no se había dado por acabado tras caer por 0-2 en la ida, se puso manos a la obra para aprovechar la confusión merengue y llegó el primero ayudado por las facilidades otorgadas por la defensa del Madrid, un centro desde la derecha que en un engaño deja pasar Huntelaar para que Fuchs (20'), completamente solo en el borde izquierdo del área, rematara a placer. Iker metió las manos, pero en su intento de despeje el balón le
rebotó para incrustarse en la red, el Bernabéu lanzó con una rechifla que no paró hasta que cuatro minutos después, Cristiano Ronaldo volvió a meter a sus compañeros en el partido, un tiro de esquina concedido por el Schalke permitió que Toni Kroos pusiera el balón justo a la cabeza de Ronaldo para que pusiera el 1-1. Madrid revivió por un momento, pero ya había cedido el control a sus rivales, que intensificaron el asedio. La suerte salvó a Iker dos veces; un balón estrellado en el poste y una reacción lenta a una mala salida pero no paró la presión alemana y a la tercera Huntelaar aprovechó un rechazo de Casillas que le quedó en los pies, de frente al marco, para rematar. De nuevo tuvo que ser Cristiano Ronaldo el que solucionara el problema con su segundo tanto al rematar un centro de Fabio Coentrao desde la izquierda. La imagen de fragilidad en defensa y el centro del campo merengue prevaleció tras el descanso, de tal manera que la presencia de Luka Modric, calentando en la banda, dio más tranquilidad a la grada que el tanto con que Karim Benzema subió la cuenta merengue a tres después de llevarse a un par de defensas rivales dentro del área antes de fusilar a Wellenreuther. Alivio momentáneo, pues; Sané (57'), que debutaba en Champions, dejó sembrado a Iker Casillas con una comba desde el borde del área grande después de darse el lujo de frenar unos instantes para medir el tiro.
Ancelotti cumplió con su promesa; a falta de media hora envió a Modric y, de paso, el croata volvía a aparecer con la titánica misión de rescatar a los suyos. No contaba el técnico italiano con la lentitud en la reacción de su defensa, pese a que había sido reforzada por Marcelo y Nacho, y la inspiración de Huntelaar, que de manera soberbia aniquiló a Iker con un disparo de frente al marco que rebotó en la parte interna del travesaño antes de pegar en el suelo dentro de la portería para poner el 3-4 en el marcador. Quedaban seis minutos en el reloj que, de pronto, parecían demasiado a los aficionados que aún permanecían en sus lugares. En la cancha, un Madrid sin mayor argumento que su camiseta rezaba para que el Schalke no le arrebatara la clasificación, y no fue por falta de esfuerzo que el cuadro alemán se quedó a las puertas de los cuartos de final. Madrid, con boleto en mano para la siguiente ronda se marchó a camarines acompañado de los sonoros silbidos de la grada que ya no aguanta un partido más confiado a la suerte.

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