ESPANYOL HUNDE AL CÓRDOBA

El Espanyol no tuvo piedad del colista y, sin excesivo brillo, firmó un 1-0 gracias a un latigazo de Abraham Gonzales (43') en la primera mitad que supone la sexta derrota consecutiva del Córdoba, un marcador que permite a los catalanes llegar con la moral alta a las semifinales de la Copa.
El duelo tuvo un inicio gris, ninguno de los dos equipos llegaba al área con claridad, los primeros avisos los dio el Espanyol, a los quince minutos, con un saque de esquina que Abraham remató alto. El anfitrión, poco
a poco, insistía más en el área de Saizar, mientras que los andaluces tenían problemas para pasar de medio campo.
La primera hora de partido fue insulsa, el Córdoba probaba fortuna aprovechando algunas pérdidas del contrario, sin éxito, y los de Sergio González apretaban con centros y balones largos: las individualidades aparecían con cuentagotas, ambos conjuntos firmaban un pulso trabado.
En el tramo final llegaron las ocasiones más claras y los goles. Primero, Fede Cartabia examinó los reflejos de Kiko Casilla con una falta desde la frontal. Hasta ahora el meta no había intervenido, tres minutos después llegó la respuesta blanquiazul, con mayor acierto.
Abraham, que se incorporó al ataque con velocidad desde la segunda línea, aprovechó el pase de Caicedo con la cabeza y asestó un latigazo imparable. Un disparo raso y pegado al palo izquierdo, el Espanyol, con lo justo, se adelantaba en el marcador cuando más duele y despertaba un encuentro sin ritmo.
Los de Djukic necesitaban reaccionar e imprimieron más contundencia a su juego, el cambio de Bebé al descanso contribuyó enormemente a la pegada del bloque y el propio portugués forzó a Casilla a desviar su tiro, de todos modos, el Espanyol movía el balón con más precisión y no tardó en dominar de nuevo.
Luego, una jugada entre Lucas Vázquez, Arbilla y Sergio García pudo ampliar diferencias, aunque el remate final se fue desviado. La exhibición ofensiva no fue más allá. Aún así, hasta el último cuarto de hora, tampoco el Córdoba presentó excesivos argumentos para creer en el empate.
Sin embargo, en los últimos compases no fue extraño ver al Espanyol metido en su área. Bebé, determinante, rozó el gol en dos ocasiones: una la cortó Héctor Moreno y la otra fue un error en el remate del luso, eran los peores momentos para Casilla, que también vio como Crespo mandó un cabezazo al larguero.
A falta de cinco minutos, Casilla tuvo que volver a lucirse, esta vez ante un remate de Khrin, había tensión y amarillas para ambos equipos. El choque estaba vivo, el anfitrión sufría y los andaluces soñaban, aunque en eso quedó todo en Cornellà-El Prat.

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