Mandó Brasil en la primera parte y tuvo el manejo del
juego, pero sus llegadas más peligrosas fueron a balón parado, con dos
remates de cabeza, uno de Thalles al saque de una falta y otro de Yuri
Mamute después de un córner.
Mucho más claras fueron las ocasiones de Paraguay, que
se limitó a hacer lo que mejor sabe, ordenar sus efectivos son
rigurosidad defensiva y e intentar sumar al contragolpe o a costa de los
errores brasileños.
Así llegó la ocasión más clara de los tres primeros
cuartos de hora, protagonizada por Sergio Díaz, genial y omnipresente
delantero albirrojo, que se plató en el área chica después de una mala
entrega de la "Canarinha" en la medular y remató a bocajarro consiguiendo
Marcos blocar el balón.
Brasil incrementó su intensidad ofensiva a la vuelta de
vestuarios, se metió de lleno en campo rival y sólo el guardameta
quedaba en su cancha, y encadenó tres claras ocasiones de gol.
La primera, una llegada de Marcos Guiherme que recibió un
gran pase de Yuri Matute y se plantó delante del meta paraguayo con
tiempo para pensar y disparar colocado. La pelota se estrelló contra la
base del palo y por centímetros no entró.
El
gol hizo justicia al constante empeño de Brasil por romper el esquema
defensivo de Paraguay y abrir el partido y obligó a la Albirroja a cambiar
drásticamente de planes, olvidarse de esperar atrás y salir a la contra
para buscar decididamente el área rival.
Fue entonces cuando la "Verdeamarelha" le enseñó a su rival su propia
receta, y en una galopada al contragolpe de Marcos Guilherme (77') remató el
resultado final.
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