Banfield, que perdió sobre el final a Nahuel Yeri y Nicolás Tagliafico por sendas expulsiones, tuvo actitud e intención pero la falta de puntería y su impotencia le hicieron retirarse del estadio del Granate con las manos vacías.
El clásico comenzó con buen ritmo, y cada uno con sus armas buscaron el protagonismo, Banfield intentando lastimar por los costados con los desbordes de Noir por derecha y Bertolo por izquierda.
Precisamente por esta vía el visitante tuvo su primera chance de gol con un desborde y centro de Noir y el toque de Salcedo encontró firme a Marchesín.
A Lanús le costó entrar en sintonía, no tuvo un patrón de juego definido y recién sobre los minutos finales se le apareció una buena circulación de pelota con llegada aunque le faltó peso dentro del área.
La salida rápida de Banfield fue lo más importante del equipo de Almeyda y Bertolo definió cruzado apenas desviado.
Lanús tuvo su mejor chance de la etapa inicial cuando un centro de Ayala cruzó el área sin que ninguno de sus compañeros alcanzara a empujar.
Pero en el segundo sí logró acertar, Braghieri sacó un fuerte remate que iba directo al arco pero en la puerta del área encontró en el camino a Acosta, que le cambió el recorrido hacia Romero y el cordobés convirtió el gol que iba a ser decisivo.
El juego se hizo de ida y vuelta y luego se lo perdió Romero debajo del arco tras una buena habilitación de Acosta.
Banfield desperdició una réplica manejada por Bertolo, que terminó en un disparo apenas desviado de Salcedo.
Luego se calentó aún más el juego, y llegaron los cruces que obligaron a la intervención del árbitro Patricio Loustau, y las expulsiones de Yeri y Tagliafico.
Y un final que pudo haber sido candente si no hubieran frenado a Servio, que salió disparado del arco hacia el Pulpito González, consumada la victoria de Lanús.
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