La más abultada derrota en los cien años que conmemora Brasil con su selección equivale a un "Mineirazo", dado que fue en el estadio Mineirao, de Belo Horizonte, donde se jugó el partido.
Thomas Müller (10') abrió la descomunal demostración de superioridad a la salida de un córner; y Miroslav Klose (23') se afirmó en la historia de la Copa del Mundo, ahora como máximo goleador, con dieciséis, uno más que el exfutbolista Ronaldo. Tony Kross firmó un doblete (25' y 26') en apenas un minuto y Samy Khedira (29') puso la puntilla en el primer tiempo.
André Schürrle (69' y 79'), que poco antes había ingresado en la cancha, redondeó con otro doblete el desastre para el llamado país del fútbol. Oscar hizo el de Brasil a los 90 minutos.
Una tarde histórica para Alemania, al dar su mejor juego en muchos años, los germanos hicieron añicos a un débil Brasil y se colocan como el más firme candidato a ganar el título el domingo en el Maracaná.
Alemania hizo y deshizo a placer a un irreconocible
Brasil, que extrañó a Neymar en el eje de ataque y a Thiago Silva en la
zaga, que hoy hizo agua ante la presencia de los atacantes
alemanes. Luiz Felipe Scolari realizó un par de modificaciones,
colocando de arranque a Dante y a Fred, movimientos que le cobraron
factura desde el minuto 10 de acción.
La "Mannschaft", una máquina de atacar, acabó de la
forma más cruel con el sueño de la "Seleçao" de ganar el hexacampeonato
mundial, obtener el título por primera vez como local y enterrar en el
olvido el Maracanazo de 1950.
Esta fue la mayor derrota de Brasil de su historia junto al 6-0 que Uruguay le aplicó en la Copa América de 1920.
Brasil tampoco había perdido nunca en un Mundial por más
de tres goles, siendo su mayor caída el 3-0 con el que el equipo
anfitrión le ganó la final de Francia-98.
La "Mannschaft" vuelve a una final tras 12 años -desde
Corea del Sur y Japón 2002 donde perdió 2-0 con Brasil- en la que
buscará su cuarto título mundial y el primero desde Italia-1990.
El domingo jugará en el mítico estadio Maracaná de Rio
de Janeiro contra el vencedor del duelo de semifinales de mañana
en el Arena Conrinthians de Sao Paulo entre Argentina y Holanda.
Brasil por su parte enfrentará este sábado al perdedor
de Argentina-Holanda por el tercer puesto en el estadio Nacional Mané
Garrincha de Brasilia.
Brasil, la peor Brasil que uno recuerda, se traicionó en pos de un sueño, ganar una Copa del Mundo que el fútbol le debía desde aquel fatídico "Maracanazo" de 1950. Esa al menos era la impresión generalizada en el país del fútbol, la nación que había elevado este deporte a la categoría de arte.
La traición consistió en despreciar el juego y apostar por el resultado, como si ambas cosas no fueran de la mano, su plan pasaba por defender con uñas y dientes, sostenido por una gran pareja de centrales, y dejar que Neymar hiciera el resto, como antes lo habían hecho gente de la envergadura de Pelé, Romario, Ronaldo o Ronaldinho.
Ninguno por cierto, jugó en la Brasil del 82, esa selección que ni siquiera alcanzó las semifinales pero que pasó a los anales del fútbol por su maravilloso virtuosismo. Esta en cambio sólo dejará dolor y pesar, porque el golpe es tan contundente que no habrá forma de digerirlo.
Brasil tendrá que reinventarse y volver a los orígenes si quiere recuperar el respeto de sus aficionados y los del mundo entero.
La traición consistió en despreciar el juego y apostar por el resultado, como si ambas cosas no fueran de la mano, su plan pasaba por defender con uñas y dientes, sostenido por una gran pareja de centrales, y dejar que Neymar hiciera el resto, como antes lo habían hecho gente de la envergadura de Pelé, Romario, Ronaldo o Ronaldinho.
Ninguno por cierto, jugó en la Brasil del 82, esa selección que ni siquiera alcanzó las semifinales pero que pasó a los anales del fútbol por su maravilloso virtuosismo. Esta en cambio sólo dejará dolor y pesar, porque el golpe es tan contundente que no habrá forma de digerirlo.
Brasil tendrá que reinventarse y volver a los orígenes si quiere recuperar el respeto de sus aficionados y los del mundo entero.
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