En una final excesivamente defensiva, decidió Götze, un titular caído en desgracia que necesitaba reivindicarse, y que con su tanto dejó a un desdibujado Lionel Messi sin el título que ansiaba.
La corona mundial festeja, además, la propuesta de Joachim Löw, una idea a la que Alemania lleva ocho años apostando. A Löw le gusta que su equipo controle el juego y disponga de la pelota a su antojo, por más que sepa que el rival se encuentra cómodo defendiendo o se esconda demasiado, ni los contratiempos le hacen cambiar.
Y Joachim Löw los tuvo pronto en la final porque Sami Khedira, uno de los mejores ante Brasil, se lesionó en el calentamiento, la baja del madridista la suplió Christoph Kramer y, a éste, poco más de media hora después, André Schurrle.
Pese a la sensible baja, los alemanes lograron dominar la mitad de la cancha en base a toque y circulación, con Bastian Schweinsteiger como director de orquesta. Argentina que había mostrado una gran capacidad de quite en la medular desde los cuartos de final contra Bélgica, no tuvo en Lucas Biglia y Javier Mascherano los diques esperados. Tuvieron que ser los laterales, en último caso los centrales, los que fueron cerrando grifos.
Aún así, a los europeos les costó crear peligro real con pelota en movimiento, tuvieron una en los pies de Toni Kroos tras fallo en la entrega de Mascherano y un cabezazo en el palo de Howedes sobre el final de la etapa. Justamente a espaldas del lateral izquierdo, Argentina encontró grietas para lastimar de contra. Ezequiel Lavezzi fue clave para romper líneas y la más clara fue de Lionel Messi: una galopada que terminó con Jérome Boateng salvando sobre la línea. Antes, Gonzalo Higuaín pifió el remate cuando estaba solo ante Manuel Neuer, el banco argentino fue un festival de gestos de incredulidad por la enorme ocasión fallada.
Argentina se desdobló para frustar al rival en sus
intenciones de creación y gracias a la presión provocó errores y
agujeros en la defensa germana. Higuaín tuvo un mano a mano, tras un
cabezazo atrás, e insólitamente pifió el remate.
Alemania también supo sacar provecho de una de sus
grandes armas: los cabezazos, luego de uno y otro córner, los jugadores
albiceleste perdieron las marcas en el área y Howedes cabeceó dentro del
área chica pero su remate dio en el palo.
Sabella dispuso para el segundo tiempo el ingreso de
Agüero, bien de punta, por un sacrificado Lavezzi, cambio algo extraño dado que Lavezzi venía siendo lo mejor de la albiceleste, el equipo decidió presionar más a la salida
alemana y tuvo sus chances, sobre todo en los pies de Messi y un remate que
se fue cerca del segundo palo de Neuer. Los de Low tuvieron a Lahm como
su llave por el sector derecho, metiéndose en profundidad hasta el fondo
para tirar centro a la cabeza de Klose o los ingresos desde atrás de
Kross, Muller y Ozil.
Alemania pudo encontrar el gol en una de las pocas
desconcentraciones de Argentina en su última línea. Gotze recibió entre
los dos centrales albicelestes, controló el balón en el aire y definió
cruzado a la salida de Romero. Golazo, suficiente para lograr en Brasil 2014 su
cuarta Copa del Mundo junto a las conquistas en Suiza 1954, Alemania
1974 e Italia 1990.
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