En un flojo partido, escaso de ritmo y con pocas ocasiones, Hazard fue lo único destacado y cuando apenas quedaban tres minutos para el final, fabricó la jugada del gol de la victoria 1-0. Rusia, mientras, ofreció muy poco para lo que se espera del país que acogerá el próximo Mundial, el que paga más generosamente a su seleccionador.

Ese debiera ser Eden Hazard, el díscolo jugador del Chelsea que se atrevió a cuestionar los planteamientos de Mourinho, pero tirado a la banda izquierda apenas entró en juego en todo el primer tiempo.
Rusia, al contrario, tiene las ideas claras, aplica el plan con el que Fabio Capello ha hecho carrera: llegar lo más rápido posible al área contraria, sin importar la forma, con un pelotazo o un robo de balón.
Y eso le bastó para crear más peligro que los belgas hasta el descanso, obligó a emplearse en tres ocasiones, siempre con acierto, a Thibaut Courtois, y hasta pudo reclamar un penal de Toby Alderweireld sobre Maksin Kanunnikov.
No estuvo afortunado el defensor del Atlético de Madrid, lateral derecho en su selección y superado en todo momento, como tampoco hubo quien frenase, por la misma banda, a Dries Mertens en el campo contrario.
Mostró más ambición Rusia al comienzo del segundo tiempo y Wilmots, por su parte, se cansó del deambular de Lukaku, sustituido por el delantero del Lille, Divock Origi en el 57' y 18 minutos después dio entrada a Kevin Mirallas, en busca de remate, pero su problema era la creación.
Hazard, el único que podía cambiar el partido, asumió el mando, estuvo a punto de marcar con un disparo cruzado y acabó entregándole el gol a Origi tras una gran jugada por la banda izquierda.
Fue un gol que dejó sin capacidad a la selección rusa de Capello, que se ve contra las cuerdas, mientras los Diablos Rojos vuelan hacia octavos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario