Lanús no pudo con Tigre (0-0) por la fecha 14 del Torneo final argentino, quedó a cuatro de Gimnasia, el líder del torneo y que será el rival que tendrá enfrente este domingo. El Matador, que mereció más, no consiguió la victoria por culpa de Marchesín. Lanús dejó escapar una enorme oportunidad para meterse de lleno en la pelea por el título, no se bajó, pero se le fue la chance de ser uno de los grandes protagonistas, de depender de sí mismo en este tan disputado Final.
El empate con Tigre lo ubicó a cuatro de Gimnasia, el líder del torneo y, justamente, el rival del domingo. Lanús tenía fisuras en el fondo y Tigre se las hizo sentir, la triangulación en el medio entre Arzura-Peñalba-Wílchez fue un acierto de Alegro. Aportó toque, movilidad y profundidad, la suficiente como para hacer revolcar a Marchesín. Faltó, en ese triángulo, la conexión de Pérez García, que se terminó enganchando en la segunda parte.
Lanús llegó a reaccionar, a tomar la pelota, utilizó las bandas con las subidas de los laterales, pero el "Matador" estaba firme en el fondo, era compacto atrás y ágil para contraatacar. Junior Benítez tomó las riendas en el "Grana", aunque en soledad, Silva y Blanco retrocedían más de lo que avanzaban y, así, los del Mellizo fueron perdiendo poder ofensivo.
Tigre nunca se resigno aunque enfrente tuviera a uno de los mejores equipo de la Argentina, siguió con esa idea prolija en el fondo y esa intención de buscar el triunfo que le diera tranquilidad en la pelea por los descensos.
Dos necesidades distintas, pero un mismo objetivo: ganar. Tigre no lo consiguió porque Marchesín se convirtió, otra vez, en héroe, se lo quitó a Nahuelpán, a Itable (dos veces), a Pérez García.
Y Lanús, que quedó con uno más por la roja de Gastón Díaz y que sufrió ese penal que Trucco no cobró sobre Astina, vio cómo se iba ese depender de sí mismo y de poder ponerse a dos del puntero.
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