Getafe y Espanyol sumaron un aburrido empate (0-0) que mantiene la
inercia anodina de los azulones, que no han ganado en los últimos once
partidos, y limita las aspiraciones de entrar en zona europea del
conjunto de Javier Aguirre.
El empate entre Valladolid y Málaga salvó al cuadro madrileño, que,
con el punto que sumó ante el Espanyol, se mantiene a cuatro de
distancia de las posiciones peligrosas, fue un mal menor para el cuadro
de Luis García, que, igual que el que hoy dirigió Alfredo Tena, con
Aguirre suspendido en el palco, firmó noventa minutos que no quedarán en
el recuerdo.
Fueron unos primeros 45 minutos plomizos resumidos en cinco tarjetas
amarillas, dos disparos desde lejos de Ángel Lafita que paró sin
problemas Kiko Casilla y más de lo mismo en el otro lado: un zurdazo de
Sergio García que detuvo Miguel Ángel Moyá. Eso fue todo.
El segundo tiempo mejoró un poco, Getafe, acuciado por la necesidad,
intentó estirar sus líneas, sacó al terreno de juego al croata Jorge
Sammir, que debutaba en la competición y tenía la misión de compartir su
creatividad con sus compañeros. Luis García también dio minutos a
Adrián Colunga, para dar más mordiente al pobre ataque azulón.
Mientras, el técnico mexicano Javier Aguirre, desde la grada (fue
sancionado la pasada jornada), apostó por el control, quitó del campo a
Córdoba y sacó a Álex Fernández, que dio más posesión al bloque "periquito".
Todo eso no fue suficiente para mejorar el espectáculo pero una cosa
estaba clara: en un partido sin casi ocasiones, el que marcara primero
iba a ganar. Lo pudo hacer Sergio García, con un disparo desde fuera del
área que salió lamiendo el poste derecho de la portería
que defendió por accidente casi toda la segunda parte Jordi Codina
(sustituyó a Moyá, que se marchó lesionado)
Y eso fue todo, las intenciones fueron buenas, pero nadie marcó. Todo acabó como
empezó, con bostezo.
El Getafe sigue sin ganar, coquetea con el descenso y el
Espanyol sigue en tierra de nadie.
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