El Levante, con una situación mucho más cómoda en Liga, llegó a Vallecas con la firme intención de sorprender al Rayo y, desde el primer minuto, le cedió la posesión del balón y se mostró muy firme en todas sus líneas para buscar el error de su rival y basar su juego en acciones rápidas a la contra.
Al Rayo la presencia en el once de los extremos Alberto Perea y Iago Falque le vino muy bien porque ambos dotaron de aire fresco a su ataque, muy desgastado y previsible en los últimos choques, y por sus botas pasaron los principales acercamientos sobre la meta rival en la primera mitad.
El Levante solo dio muestras de peligro en acciones aisladas, como en un disparo lejano de Camarasa y otro de Sergio Pinto de falta que atrapó Rubén.
Antes de acabar la primera parte, y cuando más estaba dominando el Rayo, el conjunto madrileño perdió a Perea, que sufrió una lesión en un tobillo al apoyar mal y tuvo que ser sustituido por el guineano Lass Bangoura.
En la segunda parte, más de lo mismo, ninguno quiso agravar la crisis del otro machacándole en Copa, así que
siguió la tónica de partido trabado, tal vez estuvo algo mejor el
Rayo Vallecano, pero los de Jémez siguen muy blandos en ataque.
La más clara del partido, un pase al corazón del área donde Jonathan Viera
se pasó acariciando el balón con el interior y terminó enviando el
balón directamente fuera, el susto del partido lo puso Pinto con un
disparo en los minutos finales a la cruceta de Rubén.
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