
Con cambios respecto al equipo que perdió 6-3 contra el Manchester City la jornada pasada (Thomas Vermaelen sustituyó al lesionado Laurent Koscielny y el checo Rosicky fue titular en sustitución del sancionado Ramsey, mientras que Giroud fue el nueve titular), los de Arsene Wenger no supieron salir de la tela de araña tejida por el centro del campo de los de José Mourinho.
Bajo una intensa lluvia, el Chelsea pudo batir al polaco Szczesny en el último tramo del primer acto, pero un disparo de Lampard en el minuto 31, desde la esquina derecha del área del Arsenal, se estrelló con violencia en el larguero del cancerbero.
En la segunda mitad, el partido continuó con un Arsenal espeso, sin chispa en el centro del campo, en el que el alemán Mesut Ozil anduvo poco inspirado, y con el Chelsea más cerca de marcar que su rival.
Todo en medio de un encuentro, en general, malo y que se endureció en el último cuarto de hora, posiblemente por la tensión de lo que estaba en juego.
Y fue en esos últimos minutos cuando el Arsenal pudo anotar y dos veces, las dos por mediación del francés Olivier Giroud, pero no tuvo la suerte de cara, no hubiera sido justo. Por eso el encuentro murió con un insulso empate a cero, que mantiene al Liverpool líder, al Arsenal segundo y al Chelsea cuarto, por detrás del Manchester City.
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