El sueco Daniel Larsson (76') y Javi Guerra (79') revitalizaron con sus goles a
un Valladolid que parecía abatido y entregado a una Real Sociedad ordenada y
vertical, pero que acabó cediendo un empate 2-2 ante el empuje de su rival e
incluso pudo perder si Claudio Bravo no hubiera parado al final un
penal ejecutado por el alemán Patrick Ebert.
Hasta ese
momento, el jugador de la Real, Antoine Griezmann, con dos tantos (15' y 53'), había
desequilibrado el partido ante un Valladolid que se había doblegado ante
la inspiración del delantero francés y la verticalidad en las
transiciones de su rival.
Con Markel Bergara
como único medio centro, los donostiarras salieron con la defensa
adelantada y mucho aplomo en medio campo aunque Javi Guerra marcó al
filo del minuto 6 de forma ilegítima, eso sí, tras un ajustado fuera de
juego, más cautelosos que audaces, ambos equipos arriesgaron lo
mínimo en los primeros minutos pero fue el Valladolid el que ofreció las
primeras noticias ofensivas del partido en un espléndido remate del
sueco Daniel Larsson que permitió a Claudio Bravo mostrar su buen
momento de forma, luego, el alemán Patrick
Ebert lanzó "un obús" que volvió a exigir al portero chileno de la Real,
pero fue el equipo donostiarra, a través de Antoine Griezmann, el que
perforó la meta de Diego Mariño, el francés ya le ha metido
seis goles al Valladolid, es su "víctima" favorita.
Quiso
reaccionar el Valladolid, con el partido metido en una dinámica de ida y
vuelta, pero la verticalidad del equipo dirigido por Jagoba Arrasate,
que robaba y se iba muy ágil arriba, le exponía a amenazadores
contraataques, en ese momento faltaba fluidez y velocidad en los
locales para comprometer seriamente a una Real ordenada, estructurada y
metódica.
La
entrada de Álvaro Rubio cambió la cara al equipo vallisoletano en los
primeros minutos de la reanudación. Javi Guerra pudo marcar
tras una extraordinaria jugada colectiva del Valladolid pero, poco
después, Griezmann aprovechó un error de Jesús Rueda para ampliar la
diferencia de su equipo (0-2), parecía que ya no podría rehacerse
el Valladolid ante un rival que hasta la recta final del partido había
sabido administrar su botín e incluso tuvo dos oportunidades más para
llevarse los tres puntos de Zorrilla sin embargo, un gol del
sueco Daniel Larsson evocó la remontada del último partido
ante el Sevilla y, en efecto, se repitió el mismo guión y el mismo
resultado (2-2). Tres minutos después, Javi Guerra marcaba su sexto gol
en la Liga y equilibraba la balanza, después se retiraría lesionado.
En
medio de un final "loco", activo y revolucionado, un penal de Mikel
González, a tres minutos de la conclusión, pudo darle el triunfo al
Valladolid pero el chileno Claudio Bravo paró el disparo ejecutado por
Patrick Ebert.
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