Real Madrid se llevó el LXVIII Teresa Herrera sin oposición (0-4),
ante el Deportivo en un encuentro que quedó sentenciado en dieciséis
minutos y que después apenas tuvo historia.
Los blancos
pasearon su ambición por Riazor, esa que no perderá nunca el portugués
Cristiano Ronaldo, que cambió la gala de la UEFA por disponer de unos
minutos en un campo que hace años era maléfico para los blancos y en el
que esta vez apenas encontraron resistencia.
El Deportivo se
atrevió a despertar al Madrid a los dos minutos con un disparo de Borja
Bastón, debutante en los blanquiazules, como el portugués Luisinho y el
portero Fabricio, que jugó la segunda mitad.
Y los blancos no
tardaron en responder con una transición rápida en ataque que pasó por
las botas de Ronaldo y que acabó en las del brasileño Kaká para allanar
al camino hacia un trofeo que se les resistía desde 1994, cuando el
chileno Iván Zamorano había desequilibrado otro Deportivo-Real Madrid.
Aquel
era el Superdepor, que venía de Segunda a Primera con fuerza, y que dos
décadas después, tras haber hecho el camino inverso, fue un adversario
dócil para el equipo madrileño.
La tarde fue plácida para el
equipo de Carlo Ancelotti, lejos de aquella noche en la que entrenaba al
Milan y el Deportivo le tumbó en cuartos de final en Riazor.
El
italiano, que un par de años después perdió un Teresa Herrera con el
Milan, entregó la portería a Casillas, suplente en el arranque del
campeonato de Liga y que tuvo más problemas con el sol que con el rival.
Borja,
voluntarioso, le obligó a intervenir con un disparo con rosca, abajo,
que a Casillas le costó despejar, y el amago de hacer daño al Madrid
volvió a castigar al Deportivo a los doce minutos.
Triangularon
Marcelo y Morata y el delantero, que inició la combinación, resolvió el
mano a mano con el argentino Germán Lux, que frenó el balón con el
cuerpo, pero no logró detenerlo.
El Real Madrid disfrutaba en La
Coruña y los goles caían en cada jugada de peligro que creaban los de
Ancelotti ante el flan defensivo en que se convirtió el Deportivo, que
encajó el tercero en un saque de esquina que cabeceó Casemiro a los 16
minutos.
El partido estaba ya resuelto y aún quedaban 75 minutos
por delante, así que el Deportivo tiró de corazón y puso a prueba a
Casillas con un centro de Rudy que el portero detuvo en dos tiempos, con
otro derechazo del portugués y con un disparo del polaco Wilk desde la
frontal.
Eran acercamientos tímidos frente a la contundencia del
rival, que, andando, perdonó el cuarto antes del descanso porque Morata
tenía todo a favor para batir a Lux, pero el argentino sacó el pie para
desviar el balón.
Con cinco cambios por equipo, ya sin Ronaldo en
el Madrid, la segunda parte mantuvo la poca intensidad con que se había
llegado al descanso de un encuentro en el que el Deportivo nunca vió
posibilidad de remontada, pero sí trató de, al menos, brindar un gol a
su afición.
Fabricio, en su vuelta a Riazor, resolvió con acierto
las ocasiones que crearon los blancos, que bajaron el ritmo, especialmente Özil, que apenas metió el pie.
El Deportivo mejoró
con la entrada de los canteranos, y sobre todo el empuje de Bicho, un
juvenil que promete, animó a Riazor, que despidió con aplausos a
Casillas cuando Ancelotti le cambió.
Faltaban ocho minutos y el
Madrid tuvo tiempo para acabar de sentenciar al Deportivo con el segundo
gol de Kaká, que tuvo la ayuda de Seoane.
Y así, con el
beneplácito del Deportivo, levantó el Madrid su noveno Teresa Herrera
después de haberse quedado estancado en ocho desde 1994, cuando dominaba
el palmarés del torneo.
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