Una individualidad de Neymar propició el rechazo que Fred (41') convirtió en el primer tanto brasileño, al filo del descanso, y después sirvió el lanzamiento de esquina que de cabeza transformó Paulinho (86') en el gol de la victoria.
Edinson Cavani (48') anotó el gol de Uruguay, selección que pudo haberse puesto por delante en el marcador con un penal que falló Diego Forlán cuando el partido estaba empate a cero, de haber acertado podría haber cambiado la historia de un partido que, a grandes rasgos, correspondió a las expectativas de uno de los clásicos suramericanos de mayor rivalidad, la tensión y la rivalidad extremas se tradujeron en un encuentro duro, con mucho contacto, bastantes faltas por ambas partes y pocos espacios para que el fútbol fluyera, Uruguay anuló en gran medida la creación de los anfitriones, pero las individualidades de Neymar desequilibraron el encuentro.
No resultó sencillo el inicio para el dueño de casa, sobre todo por el planteo uruguayo de utilizar a sus delanteros Edinson Cavani
y Luis Suárez como primera línea defensiva, de hecho, ambos atacantes
tuvieron la obligación de retroceder tomando cada uno al lateral rival
por su sector, dificultándole así a Brasil la salida clara desde el fondo.
En ese duelo de estrategias, Uruguay
tuvo su oportunidad dorada cuando David Luiz tomó de la camiseta a
Diego Lugano en el área durante un tiro de esquina, sin embargo, Julio
César adivinó la intención de Diego Forlán y le desvió el remate desde
el punto del penal (14').
Es cierto que la celeste no perdió el orden, pero la situación envalentonó a Brasil, que de a poco volcó el juego a su favor, así, luego de un par de situaciones por lado, llegó aquel preciso pelotazo frontal de Paulinho
a Neymar, en el primer balón profundo para el 10 brasileño; si bien
Fabián Muslera le ganó el mano a mano, el rebote le quedó servido a Fred, quien remató mordido para anotar su tercer tanto del torneo, con esto se fueron al descanso.
Uruguay
salió a jugar el complemento varios metros más arriba, una decisión que
le pagó dividendos enseguida: tras una serie de rebotes en el área
brasileña, en una jugada en la que puso seis hombres en ataque, Cavani
encontró la pelota por derecha y anotó de zurda.
Lejos de lamentarse, Brasil
se rehízo y cargó sobre su rival, que no le esquivó al convite, el
partido ganó en emotividad, aunque es cierto que Fabián Muslera tuvo más
trabajo que Julio César, y debió esforzarse para desviar un tiro libre
de Hulk y contener otro de Neymar.
Luiz
Scolari buscó variantes en ofensiva con los ingresos de Bernard y
Hernanes, pero Oscar Tábarez le respondió con Walter Gargano para tapar
el medio, Cavani casi anota el segundo al promediar la etapa, Uruguay comenzó entonces a defender cada vez más atrás.
Brasil encontró la felicidad de la manera menos pensada, ya que Paulinho
ganó de arriba en un tiro de esquina y volvió a adelantar a los suyos, la "canarinha" sufrió el arrebato final de los uruguayos, pero supo
defender la ventaja y festejó largamente la victoria.
De
esta forma, el local definirá el título el próximo domingo 30 en Río de
Janeiro ante el ganador de España – Italia, ese mismo día, pero en
Salvador, Uruguay disputará el partido por el tercer puesto ante el perdedor de la otra semifinal.
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