MILAN SIN ESFUERZO GOLEA AL PESCARA

Milan le ganó de visitante a Pescara en el estadio Adriático con una goleada por 4 a 0, fruto de un doblete de Mario Balotelli (pen. 9' y 57') intermediado por los goles de Sulley Muntari (33') y Mathieu Flaminí (51').
Un resultado que le permite a los rossoneri ponerse momentáneamente a siete puntos de Fiorentina, aún tercero pero ahora con 68 unidades, mientras que el Delfino se quedó con 22 puntos en el fondo de la clasificación, ya descendido.
Los albicelestes nunca le pegaron al arco, con Abbiati practicamente como un espectador, más que un protagonista, el Diávolo, por su parte, hizo lo que quiso y le alcanzó jugar con un ritmo bajo pero con buena calidad, para arrasar a su rival y meterle cuatro goles.
Balotelli puso enseguida en ventaja a su equipo, al marcar el 1 a 0 desde los once metros, aprovechando de un penal que Cosic, con enorme ingenuidad e incapacidad, regaló por una falta sobre Nocerino
Obtenida la ventaja, los rossoneri jugaron con aún más calma, creando ocasiones con llamaradas, al minuto 33, Robinho ejecutó un tiro libre desde la derecha en forma de centro hacia el segundo palo y lo encontró a Muntari, quien entró desde afuera del área, impactó de volea y clavó el esférico abajo del travesaño sin que ningún rival se molestara en marcarlo.
En el complemento, Balotelli falló un pase profundo y Capuano pudo capturar el balón en neto anticipo, sin embargo, el defensor, inexplicablemente, protagonizó el enésimo error de su temporada con una cosa a mitad entre un pase al arquero y un despeje equivocado: así, Robinho pudo escaparse todo solo por izquierda, levantó la cabeza y tocó fuerte al medio para que Flaminí tocara y saliera a gritar el 3 a 0.
Milan, con semejante resultado, jugaba sin esforzarse, pero los yerros de Pescara eran tantos y tales que las ocasiones de gol llegaron casi por inercia, así, al 57', Balotelli recibió cerca del vértice derecho del área chica un pase bajo desde la derecha, controló bien, protegió el balón con el cuerpo y despachó un derechazo inapelable, que se metió abajo del travesaño.
En lo que quedó del partido el local no logró mostrar nada en absoluto, mientras que los rossoneri, sin nunca empujar seriamente, lograron crear igualmente una serie de chances de gol, que le hubieran podido dar un  marcador de escándalo al partido.

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