JUVENTUS SE LLEVA EL SCUDETTO EN LA SERIE A

La "Juve" obtuvo el 29º Scudetto de su historia, segundo consecutivo, al derrotar 1-0 al Palermo (19º) en Turín, con gol del chileno Arturo Vidal (pen. 59') en el marco de la 35ª jornada de la Serie A del fútbol italiano.
Con esta consagración, los piamonteses superan en once a los dos grandes equipos lombardos, Inter y AC Milan, ambos con 18.
Además, los primeros fueron desposeídos de los títulos de 2005 y 2006 por la justicia deportiva y, mientras el primero de éstos quedó sin atribuir el segundo fue otorgado oficialmente a los "neroazurri", escoltas en esa temporada.
La "Vecchia Signora", con 83 puntos en su haber, no pudo ser alcanzada por el Nápoli, a sólo tres jornadas por delante, o sea 9 puntos por disputar.
Fue un partido muy equilibrado y poco emocionante, muy bien jugado tácticamente por parte de ambos equipos, que al final el anfitrión supo ganar gracias a su mayor solidez y eficacia.
Como en todos los últimos partidos, Conte paró a su equipo con ese raro esquema que prevé seis volantes y apenas un delantero, algo que claramente trabó el trámite en la zona central del campo, así, a pesar de su evidente dominio, fueron pocas las ocasiones de gol que se contaron, especialmente en el primer tiempo.
En el complemento, la visita se hizo más ofensiva y estuvo a punto de pasar en ventaja, con un disparo rasante de Miccoli que se estampó en el palo, la fiesta juventina arriesgaba arruinarse, pero enseguida después Donati le regaló un penal a los locales, con un empujón evidente e inútil, que Vidal transformó en el 1 a 0, a la postre decisivo para el partido y para el Scudetto.
Ese gol fue como una inyección de confianza para Juventus, que rozó el 2 a 0 en más de una ocasión, partiendo el travesaño con Quagliarella, entre otras chances para anotar, Palermo, en cambio, desapareció de la cancha y se volvió a ver prácticamente en dos ocasiones, ambas algo casuales, primero con un remate desde afuera de Hernández bastante peligroso y, más tarde, con una desviación a quemarropa de Faurlín, justo sobre el final.
Así la Vieja Señora, sin brillar pero con gran fuerza física e inteligencia táctica, ganó y pudo festejar el Scudetto, ampliamente merecido, con tres fechas de anticipación.

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