El maliense Cheick Diabaté, con un gol a un minuto del final,
proporcionó al Burdeos su cuarto título de la Copa de Francia, un éxito
que se le resistía desde hacía dieciséis años y que reavivó tras
imponerse en la final de París al Evian.
El atacante africano fue el auténtico protagonista de una final
plagada de equilibrio, emoción y goles, Diabaté anotó dos de los tres goles (39' y 89')
del cuadro de Francis Gillot, una cifra que pudo ampliar si hubiera
transformado un penal que, con 1-0 en el marcador, desvió el meta
Bertrand Laquait, el hombre que sostuvo al subcampeón.
El Evian, un conjunto acostumbrado a empresas menores, se aferró a una
situación atípica, un momento sin precedentes con la pretensión de hacer
historia para lustrar un palmarés sin logros de renombre cuya ambición
es sostenerse cada año en la Ligue 1, la máxima categoría gala.
Esta ilusión le sostuvo durante muchos minutos, respondió a cada
contratiempo con determinación y no se resignó hasta el final y eso que
desde el arranque tuvo el partido en contra.
Un centro del brasileño Mariano por la banda derecha y un error de
la zaga del equipo de Pascal Dupraz fue aprovechado por Diabaté, que
finalizó la acción a la perfección a seis minutos del descanso, fué el
premio al empuje sin disimulo del Burdeos, que asumió desde el principio
su condición de favorito.
El partido entró en un ritmo trepidante tras el intermedio, de entrada,
un agarrón del serbio Milos Ninkovic a Diabate dentro del área fue
castigado con un penal que marró el maliense pero que despejó el meta
Laquait.
El Evian ya había empezado a transitar por el
área del Burdeos, acto seguido, una internada del danés Daniel Wass y su
pase posterior fue aprovechado por el marfileño Yannick Sagbo para
lograr el empate (51').
El Burdeos reaccionó y a continuación, una falta lanzada por Gregory
Sertic fue rematada por Henri Saivet (53'), para marcar el segundo.
Los errores en la zaga condenaban al Evian a pesar de su atrevimiento y
entusiasmo, que le devolvió al partido en la recta final. En el minuto
70 encontró un nuevo premio a su resistencia iniciada con una acción por
la banda izquierda de Cedric Barbosa rematada a boca de gol por el
marfileño Brice Dja Djedje.
Cuando todo apuntaba a la
prórroga, un error en la salida del balón del Evian llevó la jugada a
Nicolas Maurice Belay, que buscó otra vez a Diabaté, no faltó a la cita
con el centro el maliense, que a un minuto del final dió la victoria a
su equipo y la cuarta Copa de Francia, que suma a los éxitos conseguidos
en 1941, 1986 y 1987 y sitúan al cuadro de Gillot en la Liga Europa del
próximo año.
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