El París Saint-Germain logró meterse entre los ocho mejores del continente tras empatar a
uno con el Valencia español.
El Valencia creyó durante unos minutos en la
remontada ante el multimillonario PSG, que vuelve a los cuartos de final
de la Liga de Campeones 18 años después, los valencianistas
efectuaron un gran segundo tiempo que les permitió creer en una
remontada que parecía casi imposible, que solo un cinco por ciento de
los equipos habían logrado en toda la historia de la máxima competición
europea pero les faltó contundencia en el ataque, el mismo mal
del que adolecieron en la ida, el gol de Jonas en el minuto 55 hizo soñar al equipo,
pero la alegría duró apenas once minutos, el tiempo que tardó Lavezzi
en igualar.
Al Valencia le bastaba con un gol para forzar la
prórroga y se lanzó al ataque, encerró a los franceses, movido por la
batuta de Banega, que cambió la pinta de su equipo desde que tras el
descanso puso el pie en el césped, pero el tanto no llegó. Lo que necesitaban los valencianistas era algo sobrenatural, tenía que
vencer por dos goles a un equipo que sumaba 22 encuentros consecutivos
sin perder en su estadio, la tarea se presentaba casi
imposible a la vista del primer tiempo, en el que los españoles apenas
hicieron temblar el edificio defensivo montado por Ancelotti.
Tras el descanso, Valverde dió entrada a
Banega y el partido cambio de color, el argentino se adueñó del centro
del campo que hasta ese momento había controlado Matuidi, comenzó a
hacer funcionar la máquina ofensiva valencianista, y el PSG tembló, la
recompensa tardó en llegar 9 minutos, el tiempo que necesitó el
Valencia para acercarse al área rival, en una mala combinación entre
Chantôme y Matuidi que permitió a Costa recuperar el balón, pasar a
Jonas que, desde la frontal del área, sorprendió a Sirigu con un disparo
que lamió el poste derecho, el tanto desestabilizó al PSG y dió
fé al Valencia, que comenzó a serenar su juego y a hacer temblar una
defensa que hasta ese momento había mantenido la solidez.
Pero una jugada de Gameiro, con su velocidad y su fuerza ante los centrales
valencianistas, sirvió para que Lavezzi igualara la contienda, el
argentino se aprovechó de la jugada de Gameiro y la completó con
potencia, se estrelló una vez contra Guaita, pero el rechazo le cayó en
los pies y a la segunda no falló, el Valencia no se descompuso y
dejó los mejores minutos, encerró a su rival, presionó hasta el hastío,
pero le faltó contundencia, el PSG dudó, pero no fue suficiente, la
fatiga y la reacción parisiense equilibró el partido. Al contragolpe,
los parisienses gozaron de alguna oportunidad, pero al final Valencia dio miedo, asustó a un PSG que pareció
mucho menos de lo que había dejado ver en Mestalla, pero que regresa a
la elite europea.
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