Al conjunto de Michal Bílek le costó encontrar los puntos débiles de Dinamarca y probó suerte desde lejos, con los disparos de Vladimír Darida y David Lafata siendo atajados por el guardameta danés Stephan Andersen sin excesivos problemas, el equipo de Morten Olsen no se contentó con quedarse atrás y defender y Petr Cech tuvo que lucirse ante una buena llegada de Christian Eriksen.
Por eso, ante los checos, también necesitados de puntos para seguir la estela de Bulgaria e Italia, salieron por el partido desde el primer minuto, Dinamarca arrinconó a sus rivales y en los compases iniciales del choque tuvo dos oportunidades para abrir el marcador sin embargo, Andreas Cornelius y Nicolai Stokholm fallaron delante de la portería de Petr Cech y las primeras opciones danesas se fueron al limbo.
Entonces, llegaron casi los únicos momentos de duda daneses, durante el resto del primer tiempo, la República Checa apretó, y, aunque sólo tuvo una ocasión por medio de Vladimir Darida, frenó momentáneamente el ímpetu de los hombres de Olsen.
El paso por los vestuarios trajo de nuevo el guión inicial del encuentro, con Dinamarca dominando pero con más acierto que en los primeros 45 minutos, Andreas Cornelius, el joven delantero del Copenhague, dió en la diana a los doce minutos de la reanudación y puso por delante a su equipo.
El tanto de Cornelius soltó a los daneses, que definitivamente se vinieron arriba, y en algo más que un suspiro marcó el segundo por medio de Simon Kjaer, que aprovechó una gran jugada de Christian Eriksen. Los checos, rendidos al dominio visitante, recibieron la sentencia con el tercero de Niki Zimling, que cerró una gran noche para Dinamarca, la Dinamita Roja todavía sueña con el Mundial.
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