Sampdoria, aunque sigue careciendo un poco de fantasía y creatividad, no pudo crear muchas ocasiones, pero de todas maneras, con velocidad y una táctica bien preparada, logró abrir espacios y le dio algún susto a Chievo, hasta que, al minuto 33, Poli recibió al límite del área, algo por izquierda, se la acomodó para la derecha y con un toque fino la colocó a lado del palo más lejano.
El complemento comenzó con gran equilibrio pero con el mismo planteo de los minutos finales, es decir con el local atrasado para jugar de contra y el conjunto de Verona empujando para empatar, pero sin lograr penetrar fácilmente la defensa rival.
Al 10' finalmente le salió una buena contra a Sampdoria, con un pelotazo largo que Icardi pudo aprovechar para escaparse con toda su velocidad, pero cuando el argentino se la esteba llevando para dejar a sus espaldas a los últimos dos defensores rivales llegó el arquero, Puggioni, quien muy afuera del área llegó totalmente a destiempo y lo bajó directamente, con la clara intención de parar a su adversario.
Todo el estadio esperaba la roja, pero el referí optó por una amarilla, determinando los festejos de algunos jugadores de Chievo que se alegraron casi como si hubiesen anotado un gol, lo que dibuja con toda claridad la notable ventaja que sacó la visita con ese episodio, el argentino tuvo que salir de la cancha por el golpe sufrido y así la Samp perdió a su delantero más importante.
Por Icardi entró Eder quien tuvo realmente un gran partido, tanto que a menos de diez minutos para el final, en el que era probablemente el mejor momento de los azul y oro el brasilero concretó una contra algo parecida a la de su compañero argentino, encaró mano a mano a Puggioni y definió con un buen diagonal derecho, liquidando el desafío.
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