Sao Paulo, en un flojo partido, hizo un buen negocio al empatar como visitante 0-0 ante Tigre en el choque de ida de la final
de la Copa Sudamericana.
El título de campeón se dirimirá
dentro de una semana cuando el equipo brasileño reciba a su par
argentino, en un choque que arrojará un monarca inédito porque ninguno
de los dos ganó la Sudamericana, que está un escalón abajo de la Copa
Libertadores.
Ambos equipos jugaron con uno menos desde los 14
minutos cuando en medio de tumultos y forcejeos fueron expulsados el
defensor de Tigre Alejandro Donatti y el atacante del Sao Paulo Luis
Fabiano.
Fabiano, precisamente, tuvo una gran ocasión de gol
apenas iniciado el partido cuando su disparo fue neutralizado por el
arquero Damián Albil.
Un
disparo de Denilson que envió al córner Damián Albil y otro de Diego
Ferreyra que se perdió cerca de un ángulo fueron las principales
acciones de peligro de gol de la primera etapa.En el complemento,
ambos equipos se mostraron desfigurados y casi sin ideas, con los
arqueros pasando una noche en general tranquila.
Sao Paulo, que
entre otros títulos atrapó 22 campeonatos en su país, además de tres
Copas Libertadores y un Mundial de clubes, tuvo la posesión de la pelota
aunque no pudo dar ese golpe directo al mentón ante un Tigre que está
lejos de los pergaminos de su rival.
Para Tigre esta es su primera final internacional y en el fútbol argentino nunca se consagró campeón de primera división.
Tigre,
dirigido por Néstor "Pipo" Gorosito, llegó a la final tras dejar en el
camino a Argentinos Juniors, Deportivo Quito (Ecuador), Cerro Porteño
(Paraguay) y Millonarios (Colombia).
Su rival cuyo timonel es Nery
Franco eliminó a Bahía (Brasil), Liga de Loja (Ecuador), Universidad de
Chile y Universidad Católica (Chile).
Asi, el modesto Tigre argentino necesitará de una hazaña en el Morumbí la semana próxima para mantener su ilusión.
Todo
indica que una victoria bonaerense en el gigante de cemento paulista
sería un resultado heroico en relación a la historia del conjunto
argentino frente a un rival experimentado, con jugadores de selección, y
seguramente arropados por una multitud.
Por lo pronto hoy, el partido terminó con un Sao Paulo conforme según las apariencias y un Tigre feliz de
estar en el lugar que está, con tiempo todavía para mentalizarse para la
gran final.
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