En el estadio Dall'Ara a Parma con
un gol de Frederik Sorensen (54'), el Bologna ganaba pero el Parma lo dió vuelta con los tantos
de Jaime Valdés (56') y Nicola Sansone (66'), para vencer así por 2 a 1 en el
clásico emiliano.
De esta manera, tras 18 jornadas los azul y oro suman 26 puntos y se
ubican en el octavo escalón de la clasificación, mientras que el
conjunto de Pioli se quedó parado con 18 unidades y ahora ocupa la
decimocuarta plaza.
La visita ganó con mérito, al
inicio estuvo mejor el local, que intentó desequilibrar un trámite muy
equilibrado con un par de jugadas de Diamanti, mientras Parma logró
mostrarse apenas con un disparo desde la larga distancia.
Ambos parecían muy asustados y preocupados y no quisieron arriesgar
nada, así que en la primera etapa se vio muy poco, también el inicio del
complemento estuvo muy trabado, pero al noveno minuto Bologna logró
pasar en ventaja al final de una jugada insistida y muy confundida.
Diamanti puso un centro directamente de tiro
libre desde la derecha, Koné cabeceó al palo, la defensa despejó como
pudo y el balón fue contenido dentro del área, ahí llegó otra vez
Diamanti, quien de atropellada intentó llevárselo hacia el arco hasta
que un rebote no lo favoreció a Sorensen, quien pudo rematar desde
excelente posición para mandarla a guardar.
Sin embargo, por cuarta vez consecutiva, sufrida la desventaja el
equipo de Donadoni se despertó y empezó a jugar como sabe también en
ataque, sin pensar sólo en cuidarse,
dos minutos más tarde Valdés, quien condujo el balón por el carril del
ocho y desde unos 25 metros sacudió un derechazo impresionante, que se
metió en el cruce de los palos, el ángulo más lejos a su
posición, a la derecha del arquero local.
El empate golpeó duro a Bologna y, diez minutos más tarde, la visita
pudo poner el segundo "cachetazo", Gobbi se escapó bárbaro por
izquierda, con "huacha" y todo, y puso un centro perfecto hacia el punto del
penal para Sansone, quien conectó perfecto de primera intención y la
clavó a la derecha de Agliardi, mal lo del delantero azul y oro, que
tras el hermoso tanto le fue a gritar el gol en la cara a Diamanti, con
maldad, tanto que recibió la amarilla y Donadoni lo sacó.
Más allá de ese episodio, Parma se paró muy bien en la cancha y no
fue fácil para los rojo y azules encontrar espacios para anotar el
empate, al contrario, Parma rozó también el tercero, cuando Parolo lo obligó
a Agliardi a una tapada complicada.
Sin embargo, el local terminó al ataque y en los últimos minutos rozó
dos veces la igualdad, primero con un increíble yerro de Gilardino,
quien pifió el balón solo adelante del arquero y, luego, con un tiro
libre de Diamanti que afeitó el poste a la derecha de Pavarín.
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