Lazio le ganó de local
en el Olímpico capitalino por 2 a 1 a Parma, con este importante resultado, el Águila mantuvo el paso de los de
arriba en esta decimoquinta jornada, puesto que ahora suma 29 unidades y
se ubica en soledad en la cuarta
plaza, los azul y oro, por su parte, se quedaron con 20 puntos y ahora
se ubican octavos.
Al inicio el desafío estuvo muy equilibrado y los primeros minutos
vieron una fase de estudio, en la que cada equipo se concentró a tomarle
las medidas a su respectivo rival.
Pero paulatinamente el local empezó a treparse en la cancha, empujó
con mayor convicción y se adueñó del balón, situación que al
fin produjo el 1 a 0, que llegó en jugada de tiro de esquina: en la
ocasión, Biava (25') resolvió una mezcla en el área llena de rebotes con un
remate poderoso a quemarropa que se metió abajo del travesaño.
Era el mejor momento del equipo local y siguió siéndolo por todo el
primer tiempo, pero a la media hora el partido podía cambiar, cuando en
el desarrollo de un córner para los emilianos Klose, involuntariamente,
interceptó de manera clara un cabezazo hacia el arco con su mano
derecha, debía ser penal, pero el referí no cobró.
Despues, Alvaro Gonzales, uno de los
mejores del desafío, dibujó un gran pase vertical para Klose (34'), quien se
movió bárbaro en diagonal desde el centro para la derecha, llegó antes
que todos y con la punta de su botín logró meter el esférico entre las
piernas de Mirante anotando así el 2 a 0.
El alemán salió antes de que terminara la primera etapa, por
problemas físicos, y sin él su equipo mermó un poco, ese bajón coincidió
con la salida de los azul y oro en el complemento, el partido volvió a
equilibrarse. Así, al minuto 20, Mauri se cruzó mal a las espaldas de
Sansone y terminó por ponerle la traba en el medio del área,
determinando así un penal, Bizzarri, con un gran salto, le tapó el disparo desde los once metros
a Belfodil (66'), pero su defensa se durmió un poco y así el delantero de
Parma pudo alcanzar el esférico y anotar, poco después, el
mismo atacante desvió a quemarropa de cabeza, pero otra vez más Bizzarri
sacó de la galera una tapada extraordinaria, salvando la situación y
mereciéndose así la mención de figura del partido.
Tras ese susto el local se arregló bien en la cancha y terminó el
partido sin concederle más nada a su adversario, para rozar también el 3
a 1 con Kozák, autor de un yerro clamoroso a la hora de empujarla
adentro.
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