El partido, como lo demuestra el marcador, fue muy equilibrado, la visita se paró bien en la cancha y le complicó el trámite e un Inter algo lento y sin ideas, tal y como se lo vió en las pasadas jornadas.
El mayor defecto de los sicilianos fue el de jugar con dos hombres entre líneas, que viajaban desde el centro hacia las franjas y no lo contrario, el hecho es que los nerazzurri sufrieron muchísimo los equipos que le jugaron con dos delanteros muy abiertos y la impresión es que lo hubiesen padecido también en esta ocasión.
Con dificultad y más por mérito de iniciativas individuales que por el juego coral, Inter amenazó el arco de Ujkani, pero Milito otra vez más falló mucho y, a menudo, optó por remates complicados en cambio de buscar la asistencia ganadora para compañeros mejor parados.
El único gol del encuentro lo anotó en contra
de su valla el defensa argentino Santiago García (74'), al tratar
de despejar un centro del centrocampista ofensivo juvenil brasileño
Philippe Coutinho, de 20 años de edad, desde la banda derecha de su
ataque.
Los "nerazzurri" tuvieron
en su contra el evidente cansancio de su goleador, el argentino Diego
Milito, y la ausencia de la fantasía que aporta Antonio Cassano, quien
purga su segundo partido de suspensión y tal vez, también lamente la
voluntad de no jugar del holandés Wesley Sneijder, que rechaza una
rebaja de su salario que le fue propuesta por el club.
Después de ese gol prácticamente no pasó más nada, los nerazzurri no
quisieron arriesgar y se dedicaron en particular a cuidar a su arco, sin
asomarse casi para nada, decisión que mató definitivamente el
espectáculo, pero que al mismo tiempo le funcionó al equipo de
Stramaccioni para poder quedarse con los tres puntos.
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