Mazazo fuerte para los verdiblancos, cuando muchos espectadores aún no se habían sentado, sacó el Betis, el balón llegó a su portero, el canterano Adrián San Miguel, y cuando éste lo quiso jugar con un compañero lo interceptó José Antonio Reyes, quien lo fusiló cuando el reloj marcaba el segundo quince, los de José Miguel González, "Míchel" salieron como un león herido, a morder por allí donde se encontraba la pelota sin que los de Pepe Mel le cogiera la onda al choque ante el ímpetu de los del barrio de Nervión, así, a los cinco minutos, una falta del internacional Beñat Etxebarría sobre Iván Rakitic la botó el propio centrocampista croata para que el gigante argentino Federico Fazio, incorporado al ataque, conectara de cabeza al fondo de la portería visitante.
Una incursión por la derecha del lateral brasileño Alex Mendonça "Cicinho", un remate de cabeza de Negredo al larguero y Reyes (32'), atento en el rechazo, puso el tercero.
El Betis, perdido en el centro del campo, y con muchas imprecisiones en la defensa, no encontró nunca el norte ante un adversario al que parecía le iba la vida en el encuentro y que poco antes del descanso encontró el premio del cuarto gol, otra vez de Fazio y otra vez de cabeza (43'), poco se esperaba ya de la segunda parte, porque se hacía impensable de que el Betis remontara cuatro goles, que bien pudieron ser algunos más en el primer período, aunque el visitante lo intentó y desde la reanudación quisieron llevar el mando.
Al cuarto de hora el Betis se quedó con diez futbolistas sobre el terreno por la expulsión de Rubén Pérez tras ver dos tarjetas amarillas en cinco minutos, aunque su equipo, en inferioridad, logró poco después marcar en un remate de Rubén Castro (66'), un gol denominado del honor porque no hubo más hasta el final, sólo el quinto tanto del Sevilla, obra de Rakitic en la prolongación (90+1').
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