SAN LORENZO NO PUDO CON QUILMES Y SIGUE EN DESCENSO

San Lorenzo sufrió un agónico empate de Quilmes 2-2, de local, con un cabezazo de Germán Mandarino en el segundo minuto adicionado, que lo mantuvo en zona de descenso, al comenzar la 12ma. fecha del torneo Inicial Eva Perón 2012.
Cuando el partido se moría y en las tribunas ya se festejaba la victoria, Germán Mandarino, de cabeza, consiguió el segundo tanto de Quilmes para establecer el 2 a 2 definitivo, el cual no sólo le quitó a San Lorenzo un triunfo que mereció, sino que también lo mantiene anclado en la zona de descenso.
La pérdida de los tres puntos generó en la gente de San Lorenzo una gran tensión, la cual se vió reflejada en la agresión que sufrió el juez de línea Andrés Barbieri al término del encuentro, en un tumulto del cual participaron jugadores y auxiliares del equipo local.
El árbitro Patricio Loustau le anuló un gol legítimo a Luis Aguiar a los 18 minutos del primer tiempo, cuando el partido estaba 1-0 para Quilmes.
En el primer tiempo, el equipo de Juan Antonio Pizzi, que debutó como local, revirtió el marcador con goles de Alan Ruiz (25') y el uruguayo Luis Aguiar (28'), después de que Quilmes se pusiera en ventaja con un tanto Martín Cauteruccio (12'), goleador del certamen con siete, a quien Pablo Migliore le atajó un penal sobre el final de la primera etapa.
En San Lorenzo, que visitará a Boca la próxima fecha, volvió a lesionarse por tercera vez en el torneo Ignacio Piatti, que ingresó en el segundo tiempo y apenas jugó 12 minutos antes que se resintiera de una lesión muscular al impactar la pelota.
Con este resultado ya son seis los encuentros que el "Ciclón" acumula sin ganar, con tres derrotas y tres empates al hilo.
Todo era desconcierto en San Lorenzo, que no sólo mostraba enormes falencias ofensivas, sino que también repetía los mismos groseros errores en defensa.
Cuando el triunfo ya se festejaba en las tribunas, llegó el empate de Quilmes, a los 47 minutos, Elizari ejecutó un tiro libre que depositó la pelota en el medio del área, donde apareció Mandarino, quien agachándose cabeceó la pelota y la envió al fondo de la red.
Después se desató la locura, primero de los hinchas y luego, camino a los vestuarios, de los jugadores, en un episodio lamentable.
 

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