Rumanía consiguió una tremenda victoria en Turquía al imponerse en Estambul por
0-1 gracias a un tanto de Gheorge Grozav y se mantiene en lo más alto
del Grupo D.
La selección otomana arrancaba el compromiso necesitada de puntos, su derrota en la primera jornada ante Holanda la relegaba a la cuarta plaza del grupo y el combinado de Abdullah Avcı era muy consciente de que una de sus rivales para lograr la segunda plaza de la sección iba a ser un combinado rumano que había arrancado la fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA con dos victorias en dos partidos (bien es cierto que ante rivales de menor jerarquia).
Por lo tanto la salida de Turquía fue decidida y agresiva. Control de balón, verticalidad y finalización en todas las jugadas. Sin Nuri Şahin en el once inicial, la responsabilidad creativa del equipo recayó principalmente en los dos jugadores del Club Atlético de Madrid: Arda Turan y Emre Belözoğlu.
Pero cuando la contienda llegó al
minuto 25 Rumanía empezó a desperezarse. El equipo visitante comenzó a
lanzar contras rápidas en dos o tres toques como máximo y tanto Ciprian
Marica como Gabriel Torje empezaron a enseñar los dientes. El público se
impacientaba, se escuchaban algunos silbidos ante la incapacidad para
hacer daño a Rumanía.
Pero al borde del descanso en otra contra rápida y una salida desafortunada de Volkan Demirel permitieron a Gheorge Grozav batir desde fuera del área al portero otomano para enviar a la selección de Victor Piţurcă con ventaja al vestuario. En la reanudación el guión cambió poco. Turquía volvía a llevar el peso pero Rumanía seguía dando sustos saliendo al contraataque.
De hecho las primeras ocasiones claras de la segunda mitad fueron visitantes, y en el minuto 56 Marica estuvo muy cerca de hacer el 0-2 tras un gran centro desde el costado izquierdo de Răzvan Raţ. El propio jugador del FC Schalke 04 desperdició poco después otra buena oportunidad desde la frontal del área durante los minutos más pobres de juego de la selección local.
En el último cuarto de hora Turquía puso toda la carne en el asador dando entrada a más gente de ataque como Mevlüt Erdinç y Emre Çolak. También entró Adrian Mutu en Rumanía para seguir manteniendo la amenaza, pero el choque acabó sin más goles y con un triunfo a domicilio muy valioso para la selección rumana.
La selección otomana arrancaba el compromiso necesitada de puntos, su derrota en la primera jornada ante Holanda la relegaba a la cuarta plaza del grupo y el combinado de Abdullah Avcı era muy consciente de que una de sus rivales para lograr la segunda plaza de la sección iba a ser un combinado rumano que había arrancado la fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA con dos victorias en dos partidos (bien es cierto que ante rivales de menor jerarquia).
Por lo tanto la salida de Turquía fue decidida y agresiva. Control de balón, verticalidad y finalización en todas las jugadas. Sin Nuri Şahin en el once inicial, la responsabilidad creativa del equipo recayó principalmente en los dos jugadores del Club Atlético de Madrid: Arda Turan y Emre Belözoğlu.
Pero cuando la contienda llegó al
minuto 25 Rumanía empezó a desperezarse. El equipo visitante comenzó a
lanzar contras rápidas en dos o tres toques como máximo y tanto Ciprian
Marica como Gabriel Torje empezaron a enseñar los dientes. El público se
impacientaba, se escuchaban algunos silbidos ante la incapacidad para
hacer daño a Rumanía.Pero al borde del descanso en otra contra rápida y una salida desafortunada de Volkan Demirel permitieron a Gheorge Grozav batir desde fuera del área al portero otomano para enviar a la selección de Victor Piţurcă con ventaja al vestuario. En la reanudación el guión cambió poco. Turquía volvía a llevar el peso pero Rumanía seguía dando sustos saliendo al contraataque.
De hecho las primeras ocasiones claras de la segunda mitad fueron visitantes, y en el minuto 56 Marica estuvo muy cerca de hacer el 0-2 tras un gran centro desde el costado izquierdo de Răzvan Raţ. El propio jugador del FC Schalke 04 desperdició poco después otra buena oportunidad desde la frontal del área durante los minutos más pobres de juego de la selección local.
En el último cuarto de hora Turquía puso toda la carne en el asador dando entrada a más gente de ataque como Mevlüt Erdinç y Emre Çolak. También entró Adrian Mutu en Rumanía para seguir manteniendo la amenaza, pero el choque acabó sin más goles y con un triunfo a domicilio muy valioso para la selección rumana.
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