Burak Yılmaz, que salió desde el banquillo, marcó en el minuto 77 el empate para el Galatasaray, tras un gol en propia puerta y un penal fallado todo parecía de cara para que el Cluj se llevara la victoria en Estambul, pero al final, hubo reparto de puntos.
En la segunda etapa, los turcos encadenaron ataque con ataque, y fué en el minuto 77 cuando un tiro del extremo izquierdo marroquí Amrabat aterrizó, como tantas veces, en el denso zafarrancho ante la portería rumana, pero esta vez se encontró con la cabeza de Burak Yilmaz, que lo mandó a la red.
El milagro no se repitió, aunque los turcos ensayaron la misma posición una decena de veces más, y Mário Felgueiras volvió a pescar uno a uno los balones del aire.
En el aire había que jugar, ya que la persistente lluvia que encharcó el campo le puso cámara lenta al movimiento del balón sobre el césped, lo que desconcentraba más de un pase y asemejaba el juego más que a fútbol, a waterpolo.
Melo se fue cojeando del campo en el minuto 10 para volver al rato, a Elmander le corrió la sangre por la frente en el minuto 21 y se lo tuvieron que llevar en camilla en el 41', al igual que a Rafael Bastos, el brasileño del Cluj, en el 72', partido duro sin duda.
La suerte no estaba de cara para el Galatasaray, que perdió por un golpe en la cadera a Altintop, pero su intensidad de juego no bajó y la presión se mantuvo a pesar de la intensa lluvia caída durante toda la segunda mitad.
El Galatasaray no cesó hasta el final buscando la victoria pero no pudo llevarse los tres puntos en el Grupo H.
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