Milan le ganó de local en San Siro a Genoa
por 1 a 0 con gol de Stephan El Shaarawy, de esta manera, está a la espera de todos los otros partidos de la octava
jornada, el Diávolo atrapó a Sampdoria en el octavo escalón de la
clasificación, que ambos comparten con 10 puntos cada uno.
No fue un partido muy entretenido pero el resultado fue sin dudas
justo, puesto que fue el conjunto local el que hizo el gasto y creó casi
todas las ocasiones que se vieron a lo largo de los noventa
minutos.
De esa manera, Milan arriesgó muy poco y tuvo todo el tiempo para
tomar confianza, crecer, poner presión y al final vencer el encuentro, hubo también algo de suerte o, más bien, el Diávolo en esta ocasión no
tuvo suerte contraria, porque Genoa estuvo cerca del 1 a 0 al principio
del partido, cuando Zapata regaló el balón cerca de su área y Amelia
rechazó un centro fuerte encima de Immobile, que casi anotaba de
carambola.
En el primer tiempo los rossoneri protestaron justamente por un claro
penal de Moretti a Pato (hubo otro my claro también en el segundo,
falta sobre De Jong), una jugada que con la justa decisión del referí
hubiese podido cambiar el partido, pero fue justo un episodio y en
realidad las mejores chances llegaron recién en el complemento, si bien
también en esa etapa Frey (así como Amelia) tuvo muy poco trabajo que
cumplir.
Pero el gol estaba en el aire, porque a pesar de no lograr crear
peligros clamorosos, Milan amenazaba el área rival como un buitre
volando en círculo en el aire, arriba de una manada de antílopes
rodeados por leones.
En efecto, al minuto 32 finalmente llegó el 1 a 0: el juez de línea,
equivocando de manera determinante así como había hecho el referí en el
primer tiempo, no cobró una posición adelantada de Abate por derecha, de
manera que el marcador de punta pudo escaparse y poner un centro bajo
que El Shaarawy, llegando a toda carrera, pudo empujar para un fácil
gol, el sexto en este campeonato.
Genoa quiso reaccionar, pero el Diávolo no encontró ningún tipo de
dificultad en apagar la llamaradas de un equipo que bajó a la cancha
únicamente para defenderse y que, en fin de cuentas, siguió haciendo eso
también después de la desventaja.
Milan pudo regresar al triunfo e interrumpir finalmente una
larga serie negativa de derrotas, factor determinante para reencontrar
confianza.
El juego aún no se ve pero en toda esta confusión cuanto
menos el Diávolo saca la nota positiva de haber encontrado un campeón:
El Shaarawy.
El conjunto rossonero, en este momento, depende de él, tanto que hoy
fué este muchacho a ponerse el equipo al hombro y, corriendo por todos
lados con gran calidad en cada jugada protagonizada,
marcó diferencia y decidió él solito el destino de este enfrentamiento.
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