Los dos goles del Braga, en el minuto 27 el primero y ya pasado el 90' el segundo, llegaron de forma inesperada, al aprovechar los portugueses un hueco en el denso ataque turco y tomar a sus rivales por sorpresa y sin línea de defensa.
Arrojo y ganas de ataque no le faltaron al Galatasaray, pese a su reciente derrota contra un modesto club en la Superliga turca, y durante el primer cuarto de hora, su dominio del balón era casi total.
El gol infundió nuevo valor a los portugueses que empezaron a lanzar ataques más frecuentes y el partido se empezó a equilibrar con momentos tensos en ambos porterías, que exigieron lo mejor tanto de Muslera como de Beto.
En la segunda mitad, el Galatasaray puso toda la carne en el asador para equilibrar el marcador y en el último cuarto de hora lanzó varios ataques arrolladores, pero los portugueses erigieron una muralla inexpugnable alrededor de la meta, con Beto evitando más de una embestida.
Tampoco le funcionaron a los jugadores turcos varios tiros largos, y ya pasados dos minutos del 90, el delantero Éder lanzó un segundo ataque sorpresa, rematado limpiamente por Alan, ante un arco que Muslera solo no podía defender. El gol puso fin al juego y a las ilusiones del equipo turco.
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