El argentino volvió a la titularidad pero sobre todo a tener ganas de jugar, le dio por volver a encender la bombilla que en Pamplona el sábado transmitió todo menos energías.
En el minuto diez el extremo argentino envió un pase al pie de Jesé que lo controló en el área y asistió a Illarra, el juvenil lo celebró con la misma ilusión con la que la plantilla del Xàtiva se paseó por el césped del Bernabéu para sacarse fotos antes del partido. Nunca había marcado Illarramendi, ni con el Madrid, ni con la Real Sociedad.
Los blancos se encontraron con ventaja en el marcador sin haber hecho prácticamente nada, menos pudo hacer el Xàtiva que no terminó de creérselo, le falta pólvora arriba, es cierto, pero parecía que con no llevarse una goleada ellos habían cumplido.
Seis minutos después del gol de Illarra, Kike Alcázar desvió con las manos un remate de cabeza de Morata. el penal lo transformó Di María, luego le quiso devolver el favor a Morata con un centro perfecto poco después, pero el canterano llegó tarde. Igual que en la ida en el campo del Xàtiva, a Morata se le vio bastante apagado y a Casemiro al igual que a Carvajal, si quieren reivindicarse o hacerle la competencia a Bale, Cristiano y compañía, ese no parece el camino.
El público se emocionó más con los cinco minutos de calentamiento de Xabi–el estadio entero coreó su nombre cuando empezó a corretear por la banda- que con los 90' de partido.
Al Madrid se le vio
plano,
obligado a cumplir un trámite pero con el mínimo desgaste, parecía
adormilado y con ganas de terminar cuanto antes.
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