Real Madrid tuvo la contuntencia que se le esperaba y se clasificó
finalista del Mundial de Clubes- Marruecos 2014 al vencer por 4-0
al Cruz Azul, un equipo que generó peligro en el primer tiempo pero que
fue perdiendo fuelle con el correr de los minutos en encuentro jugado en el Gran Stade de Marrakech.
El
equipo blanco honró con su producción a la multitud que copó el estadio,
entregada desde el tiempo antes del partido a sus ídolos. Karim Benzema
regateaba como un rayo, Gareth Bale metía la sexta
velocidad, rugía cada una de los 35.000
presentes. Lo de Cristiano Ronaldo ya pertenece a otro nivel de amor:
hubo nirvana colectivo cada vez que la pelota llegó a sus pies, ni
hablar cuando quiso definir de rabona un centro desde la izquierda.
A
nada de comenzar, José Corona ya se había quemado las manos ante un
remate del portugués desde dentro del área chica, Tuvo algo de zozobra
el equipo merengue por dos buenas acciones de los mexicanos, pero no
pasó demasiado hasta que Sergio Ramos (15') voló más que nadie ante el centro
de Toni Kroos y marcó la diferencia.
Cruz Azul, pese a
la diferencia de categoría individual, se las ingenió para seguir
creando peligro: dos veces lo tuvo el ecuatoriano Joao Rojas, dos veces
salvó un defensor blanco arrojándose al suelo. El Madrid llegaba hasta
el área pero no lograba percutir, hasta que Dani Carvajal arrasó por
banda derecha y su centro bajo encontró al fiero Benzema (36'), rapidísimo
para anticipar.
La "Máquina" no se rindió y fue por el descuento, con valentía, tuvo un penal en los pies de Gerardo Torrado, pero ganaron las manos de
Iker Casillas. Iban 40' del primer tiempo y, aunque tuvo alguna que otra
ocasión en el segundo -un gran remate al palo de Pablo Barrera-, dio la
sensación que ahí supo que la historia estaba sentenciada.
En el complemento, además de ser letal, el Madrid también frotó la lámpara, lujos de Cristiano, dribling's
de
Isco, muestrario de técnica individual aquí y allí. Apenas iniciado, CR7 desbordó por la derecha, centro preciso y facturó Bale (50') entrando por el lado
opuesto.
Corona siguió despejando -el palo también-,
Casillas respiró aliviado en alguna e Isco (72') anudó a dos rivales en
milésimas y la puso contra un palo, tras otra gran asistencia de Cristiano, Ancelotti tuvo tiempo de
quitar a Ramos porque estaba amonestado y rotar un poco. El trabajo
estaba más que hecho, el del campo, con la victoria número 21 en fila, y
el de afuera: los hinchas se fueron encantados, con las luces de sus
móviles iluminando la noche, por más que les haya faltado el gol de
Cristiano, que, si entraba la de "rabona"..dios..
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