El equipo albiceleste tuvo la difícil tarea de romper el
cerrojo iraní. Queiroz propuso un equipo que defienda con la mayor
cantidad posibles en su campo, ocupando todos los espacios posibles,
así complicó a Argentina.
Sólo Di María tuvo destellos individuales para sacarse
de encima a los hombres de rojo. Messi, Agüero e Higuaín desaparecidos en los pases de primera, con la intención de quedar cómodos para
posición de gol. Sólo un remate del Kun y una definición de Higuaín que
Haghighi ahogó el grito de gol, muy poco de la albiceleste en la primera
etapa y en general en todo el partido.
Argentina siguió padeciendo la falta de espacios para
entrar al área en el complemento. Gago, muy impreciso en el primer pase,
no fue factor decisivo, Messi, como ante Bosnia, se mostró errático.
Irán creció, se sintió cómodo para tocar de primera y
salir de contra. Sergio Romero tapó buenos cabezazos de Reza y Dejagah
para el conjunto asiático, que varias veces estuvo a punto de dar el
gran golpe en el Mineirao.
Sabella
decidió los ingresos de Rodrigo Palacio y Ezequiel Lavezzi para
encontrar el desnivel por afuera. Los intentos siguieron repitiéndose
por el centro o chocando con los rivales, pero sólo un chispazo de Lionel Messi pudo lograrlo.
Irán ya había arañado un gran resultado con una contra de Ghoochannejad
cerca del final, quién otra vez perdió con Romero.

Por la última
jornada de la zona, el próximo miércoles 25 de junio, Argentina
enfrentará a Nigeria en Porto Alegre e Irán hará lo propio ante Bosnia y
Herzegovina en Salvador.
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