EL LÍDER MANTIENE LA PUNTA

Con un cabezazo de Raúl García (14') y mucho sufrimiento en la segunda parte, el Atlético de Madrid se mantuvo en el liderato ante el Villarreal con un triunfo apurado, aún más valioso por las dificultades que le planteó su rival y por las bajas con las que resolvió un duelo inquietante.
En un cobro de tiro de esquina, el pasador más efectivo del Atlético de Madrid, Koke, puso un balón medido al primer poste para que Raúl García, que hoy fungía de capitán, cabeceara a gol tras deshacerse de la marca.
Los visitantes se quejaban de un empujón en el área, pero su suerte estaba decidida y los "colchoneros" tomaron la ventaja antes de cumplirse el primer cuarto de hora del partido.
Villarreal, que jugaba con un sólo hombre en punta, había tomado la iniciativa y a base de velocidad y control en la media, intentaba adelantarse en el marcador.
Las sensibles bajas por lesión de Diego Costa y Arda Turan, la sanción de Gabi, y la necesidad de administrar energía para enfrentar al Barcelona el próximo miércoles, provocó que el "Cholo" mandara más cambios de lo habitual.
Villarreal no cambió su estrategia, con Bruno y Soriano peleando cada balón en la media para llevarlo hacia adelante, el Submarino Amarillo intentaba poner las tablas pero una y otra vez, era Mario Suárez el que ganaba en la lucha por el control de la media.
El Atlético, cómodo con la ventaja por 1-0, ahorraba energías y aún así, pusieron en peligro la portería de Sergio Asenjo pese a que las oportunidades claras llegaron a cuenta gotas y a balón parado.
Ya en la reanudación, el equipo rojiblanco había perdido el medio campo, se sentía cada vez más exigido en su campo, jugaba al filo de que alguna acción de Cani, Trigueros o Perbet pusiera en discusión el 1-0 a su favor. Movió entonces el banquillo Simeone primero metió a Tiago y después reemplazó a Villa por Adrián.
El paso del tiempo aumentó la inquietud del Atlético en la misma medida que crecían el dominio y los acercamientos del Villarreal, fue entonces cuando Simeone, desde el banquillo, levantó los brazos con insistencia para pedir el aliento del público, para reactivar al aficionado y al equipo en un encuentro de enorme transcendencia.
Sobrevivió el Atlético a ese momento delicado, con un intento de Perbet como momento de más apuro, pero aún le quedaron más de 15 minutos de sufrimiento, aumentado con un despeje de Alderweireld que se paseó por su portería en los instantes finales y concluido con un triunfo que vale su continuidad en la cima de la clasificación.

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