
Fueron unos primeros 45 minutos plomizos resumidos en cinco tarjetas amarillas, dos disparos desde lejos de Ángel Lafita que paró sin problemas Kiko Casilla y más de lo mismo en el otro lado: un zurdazo de Sergio García que detuvo Miguel Ángel Moyá. Eso fue todo.
El segundo tiempo mejoró un poco, Getafe, acuciado por la necesidad, intentó estirar sus líneas, sacó al terreno de juego al croata Jorge Sammir, que debutaba en la competición y tenía la misión de compartir su creatividad con sus compañeros. Luis García también dio minutos a Adrián Colunga, para dar más mordiente al pobre ataque azulón.
Mientras, el técnico mexicano Javier Aguirre, desde la grada (fue sancionado la pasada jornada), apostó por el control, quitó del campo a Córdoba y sacó a Álex Fernández, que dio más posesión al bloque "periquito".
Todo eso no fue suficiente para mejorar el espectáculo pero una cosa estaba clara: en un partido sin casi ocasiones, el que marcara primero iba a ganar. Lo pudo hacer Sergio García, con un disparo desde fuera del área que salió lamiendo el poste derecho de la portería que defendió por accidente casi toda la segunda parte Jordi Codina (sustituyó a Moyá, que se marchó lesionado)
Y eso fue todo, las intenciones fueron buenas, pero nadie marcó. Todo acabó como empezó, con bostezo.
El Getafe sigue sin ganar, coquetea con el descenso y el Espanyol sigue en tierra de nadie.
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