EL MADRID CON LO JUSTO

El Real Madrid sacó medio billete para las semifinales de la Copa del Rey imponiéndose en Cornellá al Espanyol por el mismo 0-1 con que ganó la pasada semana en el partido de Liga, pero tras 90 minutos muy distintos al de aquel encuentro.
El equipo blanquiazul, en cuyo once inicial Javier Aguirre introdujo muchos cambios tuteó a un poderoso rival en el que Ancelotti apenas reservó a Xavi Alonso para dar minutos al joven Illarramendi.
Venció el equipo merengue gracias a un remate de cabeza de Benzema (15') que se benefició del grave error de marcaje de Raúl Rodríguez, pero a partir de esa diana, mas allá de un par de avisos de Cristiano y Bale, no mostró sus galones ante el orden y empuje local.
El duelo en Cornellà –ida de los cuartos de Copa- fue bastante más entretenido que el de Liga de hace dos semanas. Javier Aguirre, que, descontada la sanción (lo siguió desde el banquillo) recuperó a Sergio García.
Empezó el Espanyol con el mismo empuje que puso en el duelo liguero pero terminó la primera parte con un solo remate a puerta. Tuvo una gran ocasión tras una combinación de Lanza y Sergio García, pero Pizzi, completamente solo, la tiró fuera. Aguirre se debe de estar lamentando todavía por ese fallo porque el Madrid de las últimas semanas concede muy pocas ocasiones y el rival que no es capaz de aprovecharlas, termina derrotado.
Los blancos sí consiguen aprovechar las suyas, que fueron muchas en Cornellà. Cristiano remató al palo, Bale se encontró con las manos mágicas de Kiko Casilla en una de sus faltas. Le salió mejor peinar un centro de Arbeloa que terminó cabeceando Benzema y gol del Madrid. En ese momento el Espanyol bajó el pistón y los muchachos de Ancelotti cogieron el mando del partido y se lo pusieron en las botas de Modric.
El croata cambia de juego con la facilidad con la que las personas cambian de canal sentadas delante del sofá. Y encima a él no se le desgastan las baterías.
Empezó de forma muy eléctrica la segunda parte, con más intensidad aún que la primera y el Madrid, ya se sabe, se encuentra a gusto cuando hay descargas y el balón suelta chispas. Buscó, incansable, el segundo gol, con Arbeloa, que se atrevió; con Cristiano, cómo no, con Benzema, con Bale, Di María.
Pero era noche de victoria por la mínima, aunque el local tuvo la suya, Pepe no controló un pase de Sergio García- Córdoba se encontró solo delante del capitán del Madrid, su cuerpo se transformó en un escudo. Imposible colar la pelota por allí, no había mejor noche y mejora parada para Casillas para celebrar su récord de imbatibilidad.
Suspiró el Madrid hasta los últimos segundos, porque el Espanyol terminó metido en su área, llegó a lanzar tres saques de esquina en menos de dos minutos, aunque al final, la portería de Casillas consiguió quedarse a salvo.

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