Martino se mostró "tranquilo con el rendimiento del equipo" y aunque consideró que el Barça mereció ganar no convirtió el empate en un drama. La imagen, sin embargo y sobre todo en la segunda mitad, evidenció que, como tantas veces, el virus FIFA volvió a atacar directamente a un grupo cansado.
El mensaje positivo del entrenador puede entenderse en puerta de dos partidos cumbre, el martes ante el Milan y el sábado frente al Real Madrid, pero la lentitud de ejecución, la poca agilidad en la combinación y la falta de fé y hasta rabia en el campo dejaron patente que el Barça sigue en ruta, pero no está cercano a la excelencia esperada.
Nada se entiende en el universo azulgrana sin la presencia de Messi y su entrada en El Sadar se recibió como una bendición, con él todo debía cambiar, pero..
Nada cambió en esos últimos minutos y el Barça acabó estrellado ante la fatalidad, ni récord, ni goles ni sensaciones y después de 64 partidos de Liga, tras 630 días, el equipo azulgrana se quedó seco y a cero.
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