El Real Madrid remontó el derbi madrileño ante
el Getafe, el día señalado para el debut de Gareth Bale en el estadio
Santiago Bernabéu, que se vino abajo por un percance muscular en el
calentamiento y dio paso a un recital físico de Ángel Di María con el
broche puesto por Isco y Cristiano Ronaldo (4-1).
El
día de Bale acabó siendo el del argentino Ángel Di María, la afición
del Santiago Bernabéu estaba deseosa de ver las cualidades del fichaje
estrella y todo se vino abajo a minutos del esperado momento, una
inoportuna lesión muscular hizo que el italiano Carlo Ancelotti cambiara
sobre la marcha. Isco Alarcón ocupó el lugar del galés y el Real Madrid volvió a comenzar un partido aturdido.
Al minuto 4 de juego, Lafita sorprendió poniendo delante al
Getafe, Miku sirvió desde la media, aprovechando el despiste de los
madridistas que reclamaban una falta, para que Lafita ganara la espalda a
la defensa y rematara con la pierna derecha.
Para la segunda etapa, Benzema seguía en las mismas, perdiéndose oportunidad tras oportunidad, Cristiano Ronaldo, buscando por todos los medios anotar su segundo gol de la noche, Isco, silencioso, seguía luciéndose, con la pierna derecha e internándose desde la banda tras un cobro el mediocampista merengue puso el 3-1 en el marcador al minuto 59.
Illarramendi salió entre aplausos para dejar su lugar a Modric, al minuto 85, Cristiano Ronaldo tuvo una oportunidad más de anotar en una falta, pero el balón se fue demasiado elevado. El ritmo del partido fue decreciendo y también la ansiedad del '7'. En un último intento, y con la gente enfilando ya hacia la salida, Getafe tuvo una oportunidad, pero el remate del lateral Sergio Escudero fue desviado a tiro de esquina. Los últimos minutos transcurrieron en total calma para el Real Madrid, que a base de toques intentaba llegar a la portería contraria aunque sin mucha prisa, pues se había asegurado ya la victoria, parecía que no había tiempo para más y las gradas presentaban no pocos huecos, pero Cristiano Ronaldo tenía guardado un último truco, en la última jugada del encuentro, el portugués se cubrió de gloria al anotar su gol número 209 con la camiseta merengue, de taco; Ronaldo remataba de espaldas al marco para frustración de Moyá y encanto de los aficionados restantes en la grada que terminaron por ovacionarlo de pie.
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