Otro motivo de preocupación para los platenses fue la salida en el primer cuarto de hora del segundo período del emblemático capitán Juan Sebastián Verón, quien una vez que llegó al banco de suplentes se colocó hielo en uno de sus gemelos, tanto Zapata como Verón se retiraron ovacionados por la hinchada.
También hubo un dato curioso, y lamentable, ya que, ni bien el árbitro dió por terminado el encuentro, el entrenador de los anfitriones, Mauricio Pellegrino, al levantar el brazo derecho para festejar, se lesionó el hombro, el equipo de La Plata se mantiene invicto y, de momento, en la cima de las posiciones en esta competencia doméstica.
En el primer tiempo se apreció un marcado dominio de Estudiantes, especialmente hasta tres cuartos de cancha, ya que en los últimos metros la tarea se les complicó por lo hermético y compacto que se presentaba el Albo.
Con todo, Estudiantes se mantenía amenazante, porque disponía de la posesión del balón y elaboración de jugadas, y porque de la creación se ocupaban dos idóneos, la Brujita y Jorge Luna.
El peligro estaba latente para Cambiasso, más allá de que el Pincharrata probaba fundamentalmente desde la media y larga distancia.
Fue así que Cambiasso demoró la llegada del gol de los albirrojos, ante disparos de Luna, Verón y Ernesto Goñi, pero cuando de disparar se ocupó Gil Romero el error del guardameta careció de remedio.
En el segundo episodio, All Boys se adelantó en el terreno y Estudiantes se replegó para tratar de protegerse de sorpresas desagradables.
Estudiantes tenía el encuentro controlado, pero el visitante pudo haberle empatado en una escena aislada, en la que el recién ingresado Javier Cámpora desaprovechó un mano a mano ante Gerónimo Rulli, quien tapó con eficacia.
Así, Estudiantes terminó de asegurarse los tres puntos que justificó plenamente en el balance general.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario