Panamá volvió a ser el verdugo de México, al que ha ganado en los dos
partidos que han disputado por el mismo resultado después de hacerlo en
el de la jornada inaugural del grupo A, que se disputó el pasado 7 de
julio, en el Rose Bowl, de Pasadena.La selección panameña mantuvo su gran nivel de fútbol en el centro del campo con Alberto Quintero como estrella y cerebro que hizo posible que, en una perdida de balón de México, Blas Pérez (13') convirtiese el primer gol de Panamá.
Pero la clase individual de jugadores como Marco Fabián hizo posible que México comenzase poco a poco a recuperar terreno, y especialmente porque Panamá también se lo cedió, al igual que el control del balón.
La estrategia de Panamá permitió a México llegar con más facilidad a la portería defendida por Jaime Penedo, que una vez más estuvo seguro en todas sus intervenciones.
En el 26', Luis Montes levantó de sus asientos a
la fanaticada verde con el empate, y por momentos alimentó las
esperanzas de rescatar el encuentro.
Justo cuando México
vivía su peor momento, Marco Fabián se fue por el lateral izquierdo y
ante la marca de Román Torres centró bajo para que el chaparrito Montes
rematara de cabeza dentro del área.
En el 55', México
se perdió un buena oportunidad de cambiar la historia cuando Raúl Jiménez le pegó muy mal a la pelota, que se fue
mordiendo el palo derecho panameño.
El gol del triunfo lo consiguió Panamá montado en sus dos Torres, y tuvo el efecto de acallar por unos segundos al lunetario del Cowboys Stadium.
Una
tiro de esquina al centro de Gabriel Torres permitió a Román Torres
entrar como un bólido y sin marca por el centro del área remató a
mansalva al arquero Jonathan Orozco para arruinar la "final soñada"
entre México y Estados Unidos.
Una vez más, México tenía que remar contracorriente ante una
selección panameña muy bien dirigida desde el banquillo el técnico Julio
César Dely Váldez, que comenzó a quitarle ritmo al partido y poner
nervioso a México.Es cierto que el "Tri" se adueñó del balón y tuvo claras oportunidades de conseguir el gol del empate, como el disparo de Montes, que en una gran jugada individual, disparo potente, pero se fue ligeramente desviado por el poste izquierdo de la portería defendida por Penedo, que cada vez se convertía también más en jugador decisivo.
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